Brian A. Dominick
Una perspectiva vegana del anarquismo o una perspectiva anarquista del veganismo, con un prefacio de M. Smith
Traducido por: Yocelynn Olmos Ortiz
Abrazar
el veganismo y renunciar al consumo y la utilización de productos animales no
es un fin, sino un principio; un nuevo comienzo que permite al que lo practica
una oportunidad para ver la realidad cotidiana con una luz diferente.
Sin
embargo, hablar del sufrimiento de
animales no humanos y las ventajas de un modo de vida vegano es, a menudo, una
situación desalentadora para el vegano, porque la primera reacción típica de los
que le rodean es discrepar de su decisión. Los que se oponen al veganismo dicen
que el punto de vista vegano sobre las relaciones humanas con los animales (quiere decir, radicales) es equivocada, y
que, se avizora en el horizonte un costo severo por tal evidente
insubordinación social. En última instancia, ellos profetizan que el error del
veganismo se hará obvio y, tarde o temprano, la idea será desechada.
De
un modo extraño, sin embargo, los críticos del veganismo no están equivocados.
No
es hasta que uno se da cuenta de que el veganismo es "irracional", que el individuo comprende el verdadero razonamiento que está
detrás de lo que quiere decir vegano. No es hasta que uno se cuestiona qué es
lo que representa que el veganismo esté “equivocado” a ojos de los no-veganos,
cuando uno tiene la habilidad de dirigir su rechazo a aceptar el trato violento
e injustificado de la humanidad hacia los animales no humanos. No será hasta que
los principios del veganismo sean aplicados al conjunto de las injusticisa
cuando uno vaya a entender la necesidad absoluta del veganismo.
En
lo que ellos no se equivocan es en el hecho de que el aislamiento del veganismo
es la derrota de su objetivo.
Y
esto continúa, porque al romper las convenciones sociales se experimenta una
enajenación que a menudo es suficiente para que muchos veganos se cuestionen su
compromiso con el veganismo.
Como
una filosofía de vida, el veganismo se levanta desafiante a las ideologías que
tocan la esencia del pensamiento Occidental. Al oponerse al irracional sistema
de creencias que las instituciones del “Establishment” socializan para que la
gente “acepte”, los principios del veganismo desafían a los individuos para que
enfrenten el dogma que ellos han emitido y construyan una nueva ética y valores
basados en las premisas de compasión y justicia.
Enfrentar
los sistemas de creencias existentes, sin embargo, es un concepto terrible para
una sociedad que voluntariamente ha sido reclutada en los paradigmas sociales
dominantes de Estado. Sin embargo, como Brian Dominick tan hábilmente ilustra
en el siguiente ensayo, es precisamente esta confrontación con la que debemos
estar de acuerdo si somos honestos en la búsqueda de la valoración verdadera de
lo que la liberación social tiene que ofrecer. En la totalidad del proceso, el
veganismo es sólo un elemento en la estructura de la revolución social.
Es
en esta luz en la que el ensayo de Brian brilla con más fuerza. La liberación Animal y la Revolución Social
es un compacto encuadre diseñado para ayudarnos desde el momento en que nos
embarcamos en el emprendimiento de reconocer lo que los roles de la compasión,
del pensamiento crítico y la racionalidad, deberían jugar en nuestra
deconstrucción simultánea y la transformación de la sociedad. Implacable en su
búsqueda para proveernos de ruedas proverbiales de esta transformación en
movimiento, Brian nos presiona para que nos enfrentemos a las ideologías
opresivas que abrigamos dentro de cada uno de nosotros y destapemos sus
acoplamientos a la injusticia que impregna
cada esfera de nuestra existencia.
Es
la creencia de Brian de que a cada uno de nosotros nos han dado las
herramientas para alcanzar estas necesarias conclusiones. No hay diferencia
entre si usted es un anarquista acercándose al veganismo o un vegano
acercándose al anarquismo, o ninguno de los dos. Todo lo que se requiere es la
voluntad de arremangarse, afilar esas herramientas y empezar a dibujar, en un
esfuerzo concertado, para desafiar la miopía de la humanidad de lo constituye
una sociedad justa.
—Joseph M. Smith Noviembre, 1995
Cada uno tiene una cantidad limitada de
tiempo y energía y el tiempo que se invierte en el trabajo activo por una causa
reduce el tiempo disponible para otras causas; pero no hay nada que impida, al
que dona su tiempo y energía a los problemas humanos, a unirse al boicot de los productos del agro-negocio
cruel. No toma más tiempo ser vegetariano que comer carne animal… Cuando los
no-vegetarianos dicen “los problemas humanos están primero” no puedo evitar
preguntarme qué es lo que están haciendo exactamente por los humanos de modo
que esto les estimule a continuar apoyando la derrochadora y despiadada explotación
de los animales de granja.
—Peter Singer
Animal Liberation
Animal Liberation
Notas: Este folleto es @nti-copyright. No sólo se te permite reproducir y
distribuir, os animamos a hacerlo, pero no con fines de lucro, porque no
estamos ganando nada con él y tú tampoco deberías.
Fuente: El texto fue copiado de una dudosa reedición de 2010 zinelibrary.info y
coincide con la tercera impresión del folleto original zinelibrary.info (carece
de texto seleccionable), incluyendo la adición de omisiones (especialmente
notas al pie y el epílogo de 1996), correcciones, etc. de 1997. Ambos
enlaces OK en 2011-08-23
**************************
Introducción: el veganarquismo
De un tiempo a
esta parte, la liberación animal y los activistas que luchan en su nombre han
estado enredados en una calurosa discusión y acción. Sin embargo, la teoría de
la liberación y el activismo han sido muy poco bienvenidos o tomados seriamente
por la izquierda, muchos anarquistas han empezado a reconocer su legitimidad,
no sólo como una causa válida, sino como un aspecto integral e indispensable de
una teoría radical y una práctica revolucionaria. Mientras la mayoría de la
gente, que se llama a sí misma anarquista, no ha abrazado la liberación animal
y su correspondiente estilo de vida -el veganismo- hay un número cada vez más
creciente de jóvenes anarquistas que están adoptando la ecología y una
mentalidad inclusiva de los animales como parte de su praxis[1]
total.
Igualmente,
muchos veganos y liberacionistas animales han sido influenciados por el
anarquismo y su rica tradición. Esto se evidencia por el crecimiento de la
hostilidad entre algunos liberadores de animales hacia el Estado, el capitalismo,
el sexismo, el racismo y la discriminación por razones de edad. El Establishment
ha ido aumentando la intensidad en su guerra no sólo contra los animales no
humanos, sino también contra sus defensores. La relativa nueva comunidad de
liberacionistas de animales está rápidamente tomando conciencia de la totalidad
de la fuerza en la que se sostiene la maquinaria especista de la sociedad
moderna. En la medida en que la concientización se incrementa, así crece la
afinidad entre los liberacionistas de animales y su contraparte social, los
anarquistas.
En la medida en
que reconozcamos la comunalidad y la interdependencia de nuestras luchas,
aquellas que alguna vez consideramos distintas las unas de las otras,
entenderemos mejor´lo que realmente significa la liberación y la revolución.
Además de nuestra
visión de largo alcance, los anarquistas y los liberacionistas animales
compartimos una metodología estratégica. Sin pretender ser capaz de hablar por
todos, diré que aquellos que considero verdaderos anarquistas y liberacionistas
animales buscamos realizar nuestra visión por cualquier medio eficaz.
Entedemos, contrariamente a las percepciones convencionales sobre nosotros, que
la destrucción deliberada y la violencia no traerá el fin que deseamos. Pero, a
diferencia de los liberales y los progresistas, cuyos objetivos están limitados
a las reformas, estamos dispuestos a admitir que el cambio real sólo se
producirá si añadimos a la fuerza destructiva nuestra transformación creativa
de esta sociedad opresiva. Podemos construir todo lo que deseemos, y deberíamos
ser proactivos donde sea posible. Pero también entendemos que podemos dar lugar
a la libre creación sólo cuando se elimine lo que evita nuestra liberación.
Soy vegano porque
tengo compasión por los animales. Yo los veo como seres que poseen un valor no
muy diferente a los seres humanos. Soy anarquista porque tengo esa misma
compasión por los seres humanos, y porque me niego a conformame con
perspectivas comprometidas, las estrategias de medio culo al aire y los
objetivos vendidos. Como radical, mi acercamiento a la Liberación Animal
y Humana es sin compromiso: la libertad total para todos.
En este ensayo
quiero demostrar que cualquier aproximación al cambio social debe estar
compuesta por una comprensión no sólo de las relaciones sociales, sino también
de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, incluyendo a los
animales no humanos. También espero demostrar aquí por qué un enfoque hacia la
liberación animal no es factible sin un conocimiento profundo y sin la
inmersión en el esfuerzo revolucionario social. Todos debemos llegar a ser, si
se quiere, "veganarquistas.”
* * *
Algunos defensores de los
animales creen que el reconocimiento de derechos de los animales significa
oposición al aborto. Nada podría estar más lejos de la verdad. El aborto
representa un problema moral único que no se replica en ningún otro lugar en la
sociedad. Incluso si el feto es considerado como un portador de Derechos como
"persona", la realidad es que este ser titular del derecho a la vida,
al estar dentro dentro del cuerpo de la madre, está supeditado al derecho de la
principal portadora: la
Madre. Podemos dejar que la decisión de interrumpir el
embarazo sea de la madre, o podemos dejar la decisión a algún legislador o juez
varón blanco el que no pueda quedar embarazada. En nuestra sociedad patriarcal,
esas son las únicas opciones que tenemos. En nuestra opinión, la oposición a la
opresión nos compromete a apoyar la libertad de elección.
—Anna E. Charlton, Sue Coe &
Gary Francione. La izquierda estadounidense debe apoyar los derechos de los animales:
Un Manifiesto
¿Qué es la revolución social?
La
"Revolución" es una de esas palabras cuyo significado varía mucho si
la usa una persona u otra. De hecho, es probablemente seguro decir que no hay
dos personas que compartan la misma idea de lo que es en realidad la
"revolución". Pienso que esto es lo que hace que la revolución sea
verdaderamente hermosa.
Cuando hablo de
revolución, me refiero a una dramática transformación social. Pero mi la revolución
no se define por cambios objetivos en el mundo que me rodea, como el
derrocamiento del Estado o el capitalismo. Estos, para mí, no son más que
síntomas. La revolución misma no se encuentra fuera de nosotros, es totalmente
interna, totalmente personal.
Cada individuo
tiene una perspectiva. Cada uno de nosotros ve el mundo de una manera
diferente. La mayoría de la gente, sin embargo, tiene sus perspectivas
moldeadas por la sociedad en la que viven. La gran mayoría de nosotros ve al
mundo y a sí mismos de una manera condicionada por las instituciones que
ejecutan sus vidas, es decir, el gobierno, la familia, el matrimonio, la
iglesia, las empresas, la escuela, etc.
Cada una de estas instituciones, a su vez, es en general una parte de lo
que yo llamo el Establishment -una entidad que existe únicamente para la
perpetuación del poder de una minoría relativa. Impulsado por la pasión de esa
élite de más y más poder, el Establishment ejecuta su poder hacia el resto del
mundo por medio de la opresión.
El Establishment
cuenta con muchas formas de opresión; la mayoría de ellas es comúnmente reconocida,
pero rara vez comprendida, mucho menos respondida. En primer lugar, está el
clasismo, que es la opresión económica; el estatismo, o la subyugación de la
gente por la autoridad política; el sexismo y homosexismo, la opresión basada
en la supremacía heterosexual o el patriarcado (hombres); y el racismo, un
término general para las opresiones fundadas en el etnocentrismo. Más allá de
estas opresiones más comúnmente reconocidas, existe la discriminación por edad,
que no es más que el predominio de los adultos sobre los niños y los jóvenes;
y, finalmente, las opresiones que resultan de antropocentrismo, a saber, el
especismo y la destrucción del medio ambiente. [2]
A lo largo de la
historia, el Establishment ha dependido de estas dinámicas opresivas[3],
y ha incrementado y concentrado su poder como resultado de ellas. En
consecuencia, cada forma de opresión se ha convertido en interdependiente de
las demás. La infusión de estas diferentes dinámicas opresivas ha servido para
mejorar y complementarse entre sí en cuanto a versatilidad y fuerza.
Así que la fuerza
existente detrás de las instituciones que han utilizado técnicas de ingeniería
social es la misma fuerza que está detrás del racismo y el especismo, el
sexismo y el clasismo, y así sucesivamente. Sería razonable suponer, entonces,
que la mayoría de nosotros, como productos de las instituciones del
Establishment que somos, hemos sido influenciados por la ingeniería social para que fomentemos la
opresión dentro y entre nosotros.
La revolución es el
proceso -que no un evento- de desafío a la falsa sabiduría y valorar que hemos
sido adoctrinados también para desafiar las acciones que hemos aprendido a
hacer y a no hacer. Somos nosotros el enemigo; derrocar a los opresores en
nuestras cabezas será la revolución –mirar cómo se estrellan sus construcciones
en las calles será merecidamente una (¡gozosa!) señal de que estamos
rebelándonos juntos de una manera unificada y sin restricciones. La revolución
social es un conjunto de procesos internos. El cambio social radical de las
condiciones objetivas en cuyo contexto vivimos sólo puede producirse como
resultado de tal revolución.
El Veganismo Radical
Dos palabras más,
los conceptos "radicalismo" y "veganismo" son, la mayoría
de las veces, mal interpretados. La cooptación de estos términos por liberales
egocéntricos y cortos de miras ha eliminado su potencia original. Una vez más,
sin pretender el monopolio de las definiciones "verdaderas", ofreceré
lo que para mí significan estos términos.
El radicalismo y
el extremismo no son, contrariamente a la creencia popular, en absoluto
sinónimos. La palabra "radical" deriva de la raíz latina
"rad", que en realidad significa "raíz". Radicalismo no es
una medida del grado de fanatismo ideológico, a la derecha o a la izquierda;
sino que designa un tipo de enfoque de los problemas sociales. El radical,
literalmente hablando, es una persona que busca la raíz de un problema, de modo
que con ésta se pueda conseguir una solución.
Los radicales no
limitan sus objetivos a las reformas. No hacen concesiones con los victimarios
para lograr un alivio de la miseria que resulta de la opresión. Esas son tareas
normalmente de la izquierda, de los liberales y los progresistas. Si bien
reconoce que a menudo se puede ganar a través de las reformas, para el radical,
sólo la victoria es una satisfacción final, un cambio revolucionario en las
raíces de la opresión es el objetivo.
Para mí, el
vegetarianismo puro no es el veganismo. Negarse a consumir los productos de los
animales no humanos, mientras se tiene una opción de vida maravillosa, no es en
sí el veganismo. Las bases veganas tienen como opciones una comprensión radical
de lo que realmente es la opresión de los animales, y en la elección de su
estilo de vida están muy informadas y politizadas.
Por ejemplo, no
es raro que los autoproclamados veganos, para justificar su cuidadoso consumo
libre de productos corporativos afirme que los animales están indefensos
mientras que los humanos no lo están[4].
Muchos vegetarianos no ven la validez de las causas de la liberación humana, o
las ven como subordinadas en importancia a los de los animales, puesto que no
pueden valerse por sí mismos. Tal pensamiento expone la ignorancia del
vegetariano liberal, no sólo de la opresión humana, sino de la conexión
profunda entre el sistema capitalista en general y las industrias de la
opresión de los animales. [5].
Muchas personas,
que se llaman a sí mismos veganos y activistas por los derechos de los
animales, en mi experiencia, tienen poco o ningún conocimiento de las ciencias
sociales; y, a menudo, lo que "saben" sobre las conexiones entre la
sociedad y la naturaleza no humana está repleto de nombres inapropiados. Por
ejemplo, no es raro escuchar a los veganos sostener que es el consumo del
ganado lo que provoca hambre en el planeta. Después de todo, más del 80% de la
cosecha de cereales de Estados Unidos alimenta al ganado, y sería más que
suficiente para alimentar a los hambrientos del mundo. Parece lógico concluir,
entonces, que el fin del consumo humano de animales en los Estados Unidos
conllevaría la alimentación de las personas que padecen hambre en otras partes.
El gurú vegano John Robbins parece sostener esta creencia.
¡Pero es completamente
falso! Si los norteamericanos dejaran de comer carne el próximo año, es poco
probable que una sola persona con hambre se alimentara de los granos recién
liberados y que son cultivados en territorio de los EE.UU. Esto es debido a que
el problema del hambre en el mundo, como el de la "súperpoblación",
no es en absoluto lo que parece. Estos problemas tienen su raíz no en la
disponibilidad de recursos, sino en la asignación de los mismos. Las élites
requieren de la escasez -de un suministro fuertemente restringido de recursos-
por dos razones principales. En primer lugar, el valor de mercado de los bienes
desciende decisivamente a medida que aumenta la oferta. Si los granos que ahora
alimentan al ganado se volvieran pronto disponibles, este cambio tiraría el
precio de los granos al suelo, lo que socavaría el margen de beneficio. Las
élites con inversiones en el mercado agrícola de grano, entonces, tienen
intereses correspondientes directamente a los de las élites que son dueñas de
parte del mercado de la agricultura animal. Los vegetarianos tienden a pensar
que los vegetales y los granos de los agricultores son benignos, mientras que
los que participan en la cría de animales son viles. El hecho es, sin embargo,
que los vegetales son una mercancía, y los que tienen intereses financieros en
la industria de vegetales no quieren que su producto esté disponible si esto
significa que se incrementa al grado de tener menos ganancias.
En segundo lugar,
se da el caso de que la distribución nacional y mundial de los alimentos es una
herramienta política. Los gobiernos y las organizaciones económicas
internacionales manipulan con cuidado los alimentos y los suministros de agua
para controlar poblaciones enteras. A veces, se retiene el alimento con destino
a las personas que padecen hambre como un medio para mantenerlos débiles y
dóciles. En otras ocasiones, su disposición es parte de una estrategia
destinada a apaciguar a las poblaciones inquietas y al borde de la rebelión.
Sabiendo todo
esto, resulta razonable suponer que el gobierno de EE.UU., está estrictamente
controlado por intereses privados, subsidiarios a la no producción de
granos, con el fin de "salvar a la industria del colapso." A los
agricultores probablemente les pagan por no cultivar granos o, incluso, por
destruir sus cultivos.
No es suficiente
boicotear a la industria de la carne con la esperanza de que los recursos se
reasignen para alimentar a los hambrientos. Debemos establecer un sistema que
en realidad tenga la intención de satisfacer las necesidades humanas, lo que
implica la revolución social.
Esta es sólo una
de las muchas conexiones entre los animales y la explotación humana, pero
ilustra bien la necesidad de una revolución total. Una revolución en la
relación entre los seres humanos y los animales está estrechamente enfocada y
está, de hecho, priorizada por la naturaleza misma de la sociedad moderna. Uno
de los motivos por los que los animales son explotados, en primer lugar, se
debe a que su abuso es rentable. Los vegetarianos tienden a entender esto muy
bien. Pero la industria de la carne (incluidos los productos lácteos, la
vivisección, etc.) no es una entidad aislada. La industria de la carne no será
destruida hasta que se destruya el capitalismo de mercado, ya que es éste
último es el que proporciona un impulso e iniciativa a la primera. Y para los
capitalistas, la perspectiva de ganancias fáciles provenientes de la
explotación animal es irresistible.
El ánimo de lucro
no es el único factor social que fomenta la explotación animal. En efecto, la
economía es sólo una forma de relación social. También tenemos relaciones
políticas, culturales e interpersonales, cada una de las cuales puede ser
demostrada para influir en la percepción de que los animales existen para su
uso por los seres humanos.
La Biblia cristiana y las
religiones occidentales, en general, están llenas de referencias al supuesto
"derecho divino" de los seres humanos a utilizar a nuestros homólogos
no humanos para nuestras propias necesidades. En este momento de la historia,
es absurdo que nadie piense siquiera que los seres humanos necesitan explotar a
los animales. No es poco lo que podemos ganar con el sufrimiento de los
animales no humanos. Pero Dios, supuestamente, dijo que podíamos usar de ellos,
por lo que se sigue haciéndolo, a pesar del hecho de que hemos superado
cualquier necesidad real que podríamos haber tenido alguna vez.
Los vivisectores
dicen que podemos aprender de los animales no humanos, y utilizan esta
afirmación para justificar la tortura y el asesinato de los seres sintientes.
Los radicales tienen que darse cuenta, ya que los veganos lo hacen, de que la
única cosa que podemos aprender de los animales es cómo vivir en una relación
salva y sana con nuestro medio ambiente. Tenemos que observar a los animales en
su entorno natural e imitar sus relaciones ambientales, en su caso, aplicarlas
en nuestro propio beneficio. Tal comprensión de la armonía entre los seres
humanos y la naturaleza algún día salvará y agregará valor a más vidas que la
búsqueda de una cura para el cáncer a través de la "ciencia", que la
tortura de los animales nunca hará. Después de todo, la raíz de la mayoría de
los cánceres está en el maltrato de la naturaleza humana. Lo no radical sería
esperar una solución a un problema cuya raiz se encuentra en una mayor
destrucción de la naturaleza por medio de la experimentación animal.
Las correlaciones
entre el especismo y el racismo-entre el tratamiento de los animales y las
personas de color- también ha sido explícitamente (y gráficamente) demostrado.
En su libro, La temida comparación: La esclavitud humana y animal,
Marjorie Spiegel astutamente pone al mismo nivel y hace comparaciones
sorprendentes entre el tratamiento de los animales por los seres humanos y el
tratamiento de las "razas inferiores" por los blancos, alegando
"que se construyen alrededor de la misma relación básica que hay entre los
opresores y los oprimidos." Como
ilustra Spiegel, el tratamiento de los no blancos por los blancos ha sido históricamente
sorprendentemente similar a la de los no humanos por los humanos. Decidir que
una opresión es válida y la otro no es limitar conscientemente la propia
comprensión del mundo; es involucrarse a sí mismo en la ignorancia voluntaria,
la mayoría de las veces por conveniencia personal. "Una de las causas a la
vez", dice el pensador monista[6],
como si estas dinámicas interrelacionadas pudieran esterilizarse y extraerse de
la relación de una con la otra.
La dominación
masculina en forma de patriarcado y el especismo provocado por el
antropocentrismo se ha expuesto con claridad poética por Carol Adams en su
libro La política sexual de la carne. El feminismo y el veganismo tienen
mucho en común, y cada uno tiene mucho que enseñar y aprender del otro. Después
de establecer comparaciones concretas entre la perspectiva patriarcal y el
tratamiento de los animales, Adams describe y pide el reconocimiento de la
profunda relación entre los estilos de vida vegano y feminista.
Una comparación
entre las relaciones interpersonales y las relaciones entre humanos y animales
que no ha sido examinada a fondo, que yo sepa, incluye el tratamiento de los
adultos a los niños y los jóvenes, así como el tratamiento a los adultos de la
tercera edad. En cada caso, los oprimidos son vistos como alguien que no está
en posesión plena de él mismo o sus acciones. Por ejemplo, los niños y ancianos
por igual se ven como débiles e incompetentes (independientemente de su
potencial real para la responsabilidad). La discriminación por edad tiene sus
raíces en algo que yo llamo adultocracia, que se refiere a la noción de que la
edad adulta es poseedora de una cierta calidad de responsabilidad que no se
encuentra en las personas mayores o en los jóvenes. Al igual que los animales,
los oprimidos por la discriminación por edad son tratados como objetos carentes
de carácter y de valor individual. Son explotados siempre que sea posible,
mimados cuando son considerados "majos", pero casi nunca dándoles el
respeto que ofrecen los seres humanos adultos. Que los niños, los ancianos y
los animales sean seres vivos pensantes, sintientes, hacen que se pierda de
alguna manera la búsqueda de dominación y poder de los adultos. A diferencia
del patriarcado, la adultocracia no requiere jerarquía formal: afirma su
dominio convenciendo a sus víctimas que son de hecho menos válidas que sus
opresores adultos. Los no-humanos, también, pueden ser fácilmente invalidados.
Un paso importante en esa dirección es simplemente privarlos de toda libertad
para desarrollar su carácter individual.
No hay duda de
que el Estado está del lado de aquellos que explotan a los animales. Con unas
pocas excepciones, la ley es decididamente anti-animal. Esto se demuestra tanto
por las subvenciones del gobierno a las industrias de la carne y a los
productos lácteos, a la vivisección[7]
y al uso militar de los no humanos, como por su oposición a los que se resisten
a la industria de la explotación animal. El político nunca va a entender por
qué el Estado debe proteger a los animales. Después de todo, todas las esferas
de la vida social toleran y fomentan su abuso. Actuar a favor de los
"intereses" presentes de las circunscripciones (humanas) siempre se
traducirá, a pesar de ser absurdo, en acciones contra los intereses del reino
animal, una vasta circunscripción que aún debe recibir el derecho al voto.
Pero el
anarquista se pregunta, si a todos los animales se les concediera el sufragio y
luego se afirmara su necesidad de protección por medio del voto, ¿tendríamos
una sociedad mejor? Es decir, ¿realmente queremos que el estado se interponga
entre los seres humanos y los animales, o mejor eliminamos la necesidad de una
barrera de este tipo? La mayoría estaría de acuerdo en que la elección óptima
es que los seres humanos tienen que decidir contra el consumo animal sin ser
coaccionados para ello. Después de todo, si la prohibición del alcohol causó
tanta delincuencia y violencia como lo hizo, ¡imagínese los conflictos sociales
que la prohibición de carne crearía! Al igual que la guerra contra las drogas
nunca hace mella en los problemas causados por la dependencia química y su
correspondiente "inframundo", una guerra ilegal sobre la carne
necesitaría una plegaria para poner freno a la explotación animal; sólo causaría
aún más problemas. Las raíces de este tipo de problemas están socialmente
creadas y reforzadas por el deseo de producir y consumir lo que realmente no
necesitamos.Todo en nuestra sociedad actual nos dice que
"necesitamos" drogas y carne. Lo que realmente necesitamos es
destruir esta sociedad
Los veganos deben
ir más allá de una comprensión monista de la opresión de los no humanos y
comprender sus raíces en las relaciones sociales humanas. Además, ella también
debe extenderse a un estilo de vida resistente a la opresión humana.
* * *
Aquí, en el zoológico, en el
lugar de la fascinación hipnótica, los seres humanos llegan a ver sus propios
instintos enjaulados y esterilizados. Todo lo que es intrínseco a la especie
humana, pero asfixiada por la sociedad capitalista, vuelve a aparecer de manera
protegida en el zoológico. La agresión, la sexualidad, el movimiento, el deseo,
el juego, los mismos impulsos de libertad, se encuentran atrapados y se
muestran para el disfrute alienado y la manipulación de los hombres, mujeres y
niños. Aquí está el espectáculo benigno en el cual todo lo que los seres
humanos desean existe sólo en la medida en que se separa la existencia humana
de la realidad... La condición de esclavitud plantea automáticamente la
pregunta: ¿Cuáles son las perspectivas de la liberación? No hace falta subrayar
que la noción de transformación revolucionaria entre los humanos y las bestias
[sic] es casi impensable hoy en día.
—-El grupo surrealista
Comparar
el sufrimiento de los negros (o cualquier otro grupo oprimido) es ofensivo sólo
para los especistas; uno que ha abrazado las falsas nociones de que los
animales no son similares. Los que se sienten ofendidos por la comparación con
un compañero de fatigas han caído en la propaganda escupida por los opresores.
Negar nuestras similitudes con los animales es negar y socavar nuestro propio
poder.
—Marjorie Spiegel. La temida comparación
La violencia cotidiana
Nuestra sociedad,
pocos estarían en desacuerdo, está basada en gran parte en la violencia.
Dondequiera que miremos, al parecer, hay violencia, una percepción mejorada de
manera exponencial por las imágenes de los medios controlados por las
corporaciones.
Esta violencia,
como parte de nuestra cultura y de nuestra propia existencia, sin duda, tiene
un efecto en nosotros en la medida de lo que apenas podemos aspirar a
comprender verdaderamente alguna vez de manera profunda. Los que están en el
extremo receptor de la violencia natural sufren una cantidad considerable de
pérdida de poder. Porque el poder es un concepto social, nosotros como personas
no comprendemos necesariamente lo que significa para nosotros. Cuando
percibimos una pérdida de energía, una de nuestras reacciones típicas es
afirmar el poco poder que nos queda. Una vez que hemos internalizado los
efectos de la opresión, la llevamos con nosotros, a menudo sólo para
convertirnos en victimarios nosotros mismos. Es una triste verdad que las
víctimas a menudo se convierten en perpetradores específicamente porque ellos
mismos son víctimas. Cuando la victimización toma la forma de violencia física,
a menudo se traduce en aún más violencia.
En este sentido,
podemos ver claramente por qué el abuso de los animales, ya sea directamente,
como es el caso en relación con el maltrato a los animales domésticos, o
indirectamente, como por el el proceso de comer carne- se correlaciona con la
violencia social. Los seres humanos, que ellos mismos son maltratados, tienden
a maltratar a los demás, y los animales se encuentran entre las víctimas más
fáciles, más indefensas. Esto expone todavía otra razón por la que los
interesados por el bienestar de los animales deben luchar contra la opresión
social.
Es más, esta
relación causa-efecto dinámico funciona en ambos sentidos. Se ha demostrado que
los que son violentos hacia los animales -una vez más, directa o
indirectamente- también son más propensos a ser violentos con otros seres
humanos. La gente alimentada con una dieta vegetariana, por ejemplo, suele ser
menos violenta que los que comen carne. Las personas que abusan de sus animales
domésticos es poco probable que paren allí, sus hijos y sus parejas suelen ser
los siguientes.
Es absurdo pensar
que una sociedad que oprime a los animales no humanos será capaz de convertirse
en una sociedad que no oprime a los seres humanos. Reconocer la opresión de los
animales, por lo tanto, se convierte en un requisito previo para el cambio
social radical.
* * *
A principios de este siglo,
Thomas Edison inventó una forma de demostrar, de un solo golpe, el poder de la
electricidad y el impacto de la cámara de cine. Filmó la ejecución pública de
un elefante
—Larry Law. Tiempos espectaculares: Animales
La alienación en la vida cotidiana
En la raíz de la
opresión, afirma el radical, está la alienación. Los seres humanos somos
criaturas sociales. Somos capaces de sentir compasión. Somos capaces de
entender que hay un bienestar social, un bien común. Porque podemos sentir
empatía hacia los demás, lo que nos enfrentaría a uno contra el otro como
sociedades, comunidades e individuos, o como seres humanos contra la
naturaleza, hay que distanciarnos de los efectos de nuestras acciones. Es
difícil convencer a un ser humano de hacer sufrir a otro. Incluso es difícil
convencer a un ser humano para que haga daño a un animal no humano por ninguna
razón, o de contribuir directamente a la destrucción de su propio entorno
natural.
Cuando una
sociedad va a la guerra contra otra, es imperativo que los líderes de cada
sociedad convenzan a "las masas" de que la población adversaria es
vil y sub-humana. Además, los líderes tienen que ocultar al pueblo los
resultados reales de la guerra: la violencia masiva, la destrucción y el
derramamiento de sangre. La guerra es algo que sucede en otros lugares, se nos
dice, y esos "extranjeros" que mueren son merecedores de lo que
sufren.
Las dinámicas
opresivas en las relaciones sociales se basan siempre en una dicotomía
nosotros-ellos, se ve una clara distinción entre los opresores y los oprimidos.
Para los opresores, el "nosotros" es supremo y privilegiado. Los
ricos "entienden" que sus riquezas son adquiridas por
"justas" y "sólo" por sus métodos. Por ejemplo, tanto a
opresores y a oprimidos se les hace creer que es la incapacidad de los pobres y
su incompetencia lo que los mantiene abajo. No se reconoce el hecho de que el
privilegio económico precipita automáticamente la desigualdad. Simplemente no
hay suficiente para todos, cuando a algunos se les permite incluso tomar más de
su cuota. Pero los ricos están alienados por esa perogrullada. Tienen que
serlo, de lo contrario no serían capaces de justificar la desigualdad a la que
contribuyen.
Es lo mismo para
cada dinámica opresiva. Tiene que serlo.
El vegano
entiende que la explotación humana y el consumo de los animales se ve
facilitada por la alienación. La gente no sería capaz de vivir de la manera
como lo hace, -es decir, a costa del sufrimiento de los animales- si
comprendieran los efectos reales de dicho consumo. Este es precisamente el
motivo por el cual el capitalismo tardío ha eliminado por completo al
consumidor del proceso de producción. La tortura continúa en otro lugar detrás
de puertas cerradas fuertemente. Si se permitiera empatizar con las víctimas de
la opresión de las especies, los seres humanos no podrían seguir con sus vidas
como lo hacen actualmente.
Los humanos deben
mantenerse aún alejados de la simple razón de ser del veganismo. Con el fin de
mantener la dicotomía nosotros-ellos entre el ser humano y el
"animal" (¡como si nosotros mismos no fuéramos animales!), no pueden
permitir que escuchemos argumentos básicos a favor de trascender de este falso
sentido de la dualidad.
Se nos dice que
los seres humanos pueden emplear compleja lingüística y estilos intrincados de
razonamiento. Los no-humanos no pueden. Los seres humanos son personas, todos
los otros son bestias en el mejor de los casos. Los animales son considerados
menos que los humanos pero no por la naturaleza sino por la deshumanización
activa, un proceso por el que la gente quita conscientemente a los animales su
valor. Después de todo, la incapacidad para hablar o razonar en calidad de
"iluminados", no hace que los niños o personas con retraso mental
severo sean sujetos a la violencia que los no-humanos sufren por millones cada
día.
Seamos realistas,
la dicotomía entre el ser humano y el animal es más arbitraria que científica.
No es diferente a la que se plantea entre "blancos" y
"negros" o "rojos" o "amarillos"; entre el adulto
y el niño; entre el hombre y la mujer; entre heterosexuales y homosexuales;
locales y extranjeros. Las líneas se dibujan sin cuidado, pero con intención
tortuosa, y han sido diseñadas por las instituciones que nos llevan a creer que
estamos en un lado de la línea, y que la línea, para empezar, es racional.
En la vida
cotidiana, estamos separados de los resultados de nuestras acciones más
básicas. Cuando compramos un producto alimenticio en el supermercado, podemos
leer la lista de ingredientes y por lo general dirá si los animales fueron
asesinados y/o torturados en el proceso de producción. Pero ¿qué podemos saber
de las personas que hicieron ese producto? ¿Si las mujeres ganan menos que los
hombres? ¿Fueron los negros sometidos por los blancos en la fábrica? ¿Fue
aplastado un sindicato o un esfuerzo de colectivización entre los empleados?
¿Fueron cientos los asesinados en un piquete de huelga para exigir un salario
digno?
Cuando yo, como
varón, converso con una mujer, o con alguien más joven que yo, ¿soy dominante y
arrogante como hemos sido condicionados a ser en una sociedad patriarcal?
¿Tengo que, como una persona "blanca", verme a mí mismo (incluso
inconscientemente) por "por
encima" de los "negros"? De hecho, ¿veo a la gente de color como
si fuesen algo inherentemente diferente a mí? Estas son las preguntas que no
nos animan a preguntarnos. Pero debemos hacerlo. Con el fin de superar la
alienación, debemos ser vigilantemente críticos no sólo del mundo que nos
rodea, sino con nuestras propias ideas, perspectivas y acciones. Si queremos
extinguir a los opresores en nuestras cabezas, debemos cuestionar
constantemente nuestras creencias y suposiciones. Lo que debemos preguntarnos a
nosotros mismos como individuos es ¿son estos los efectos de mis acciones, no
sólo sobre los que me rodean, sino también en mi entorno natural?
Como un
componente clave para la perpetuación de la opresión, toda alienación debe ser
destruida. Mientras podamos ignorar el sufrimiento en el matadero y en el
laboratorio donde se vivisecciona animales, podemos ignorar las condiciones en
el campo del Tercer Mundo, el gueto urbano, el hogar abusivo, el aula autoritaria,
y así sucesivamente. La habilidad para ignorar las opresiones es la habilidad
de ignorar cualquier otra opresión.
* * *
Más que un rechazo participar a
actos de violencia contra los animales no humanos para comida, ropa, etc, el
veganismo es una negativa a tomar parte de la violencia que afecta a la
sociedad en su conjunto. El veganismo trabaja para exponer y poner fin al
adoctrinamiento sutil de la industria en la sociedad capitalista que desea
desensibilizar a la humanidad sobre la violencia ejercida contra muchos para el
beneficio de unos pocos.
—Joseph M. Smith. La Amenaza del
Veganismo.
Con sus modernos medios
tecnológicos de masas, los sistemas rápidos de transporte, las computadoras,
los planes económicos, etc., el capitalismo puede ahora controlar las propias
condiciones de existencia. El mundo que vemos no es el mundo real, es una
visión del mundo que estamos acondicionados a ver... La vida misma se ha convertido en un
espectáculo a ser contemplado por el público... La realidad es ahora algo que
miramos y pensamos, no es algo que experimentemos.
—Larry Law. El Espectáculo: Un Esqueleto
Clave.
El Emprendimiento Revolucionario
La comprensión de
nosotros mismos y nuestra relación con el mundo que nos rodea no es más que el
primer paso hacia la revolución. Por tanto, debemos aplicar nuestra comprensión
en un programa práctico de acción. Cuando hablo de acción, no me estoy
refiriendo sólo a los eventos semanales o mensuales cuando, en colaboración con
un grupo organizado, afirmamos nuestra creencia en una manifestación, o cuando
ejecutamos un ataque planificado contra una instalación de la opresión.
La acción no es
tan limitada. Se puede encontrar en nuestra vida cotidiana, en nuestras
actividades rutinarias y no tan rutinarias. Cuando afirmamos nuestras creencias
al hablar en las conversaciones, en el trabajo o en la mesa, estamos actuando.
De hecho, ya sea que nos demos cuenta de ello o no, todo lo que hacemos es una
acción o una serie de acciones. Reconocer esto nos permite transformar nuestra
vida cotidiana de reprimida y alienada a liberadora y revolucionaria.
El papel del
revolucionario es simple: hacer de su vida un modelo en miniatura de la
alternativa, la sociedad revolucionaria que usted imagina. Usted es un
microcosmos del mundo que le rodea, e incluso la más básica de sus acciones
afecta al contexto social del que usted forma parte. Hacerlo tiene un efecto
positivo y radical en su naturaleza.
La revolución
debe convertirse en parte de nuestro estilo de vida, guiada por la visión y alimentada
por la compasión. Cada pensamiento que tenemos, cada palabra que decimos, cada
acción que hacemos debe estar arraigada en la praxis radical. Debemos liberar
nuestros deseos a través de la crítica constante de lo que nos han enseñado a
pensar, y una búsqueda persistente de lo que realmente queremos. Una vez que se
conocen nuestros deseos, debemos actuar en su interés.
Después de
identificar cómo funciona nuestra sociedad, y decidir lo que esencialmente
queremos, debemos comenzar a desmantelar el presente y montar el futuro y
tenemos que ir sobre estas tareas de forma simultánea. A medida que derribamos
los vestigios de la opresión, también tenemos que crear, con enfoque y
espontaneidad, las nuevas formas de relaciones sociales y ambientales, facilitadas
por frescas y nuevas instituciones.
Por ejemplo, en
términos económicos, donde existe la propiedad privada de hoy debe existir la
propiedad social de mañana. Cuando la producción, el consumo y la asignación de
recursos están determinados por las fuerzas del mercado irracionales, en el
futuro, tiene que haber un sistema racional para la adquisición y distribución
de bienes materiales y servicios, con un enfoque en la equidad, la diversidad,
la solidaridad, la autonomía, y/o lo que consideramos que son los valores que
guían nuestras visiones.
Como visionario,
el vegano ve un mundo libre de explotación animal. Además, ve una relación
verdaderamente pacífica y sana entre la sociedad humana y su entorno natural.
El movimiento ecologista profundo nos ha demostrado que la naturaleza no animal
tiene un valor que no puede ser cuantificado en términos económicos, al igual
que los veganos han demostrado el valor de los animales no humanos, un valor
que no puede ser calculado por los economistas, sólo se mide por la compasión
humana. Esa compasión, demostrada hacia el proletariado por los socialistas;
hacia las mujeres y los homosexuales por las feministas; hacia la gente de
color y los grupos étnicos marginados por los intercomunalistas; hacia los
jóvenes y los mayores por los youthists (los que luchan contra la
discriminación por cuestiones de edad), y hacia los que están al final del
cañón de la pistola del Estado por los libertarios, es la misma compasión que
sienten los veganos y los ambientalistas radicales hacia el mundo no humano.
Que cada uno de nosotros tiene que ser de todos estos "tipos" de
radicales, e incorporar sus ideologías en una sola, la teoría holística, la
visión, la estrategia y la práctica- es una obviedad que ya no podemos darnos
el lujo de ignorar. Sólo una perspectiva y un estilo de vida basado en la
verdadera compasión pueden destruir las construcciones opresivas de la sociedad
actual y comenzar de nuevo en la creación de relaciones y realidades deseables.
Esto, para mí, es la esencia de la anarquía. Quien no abraza todas las luchas
contra la opresión no encaja con mi definición de anarquista. Eso puede parecer
mucho pedir, pero nunca voy a dejar de pedirlo a todo ser humano.
* * *
La basura anti-humana de un
sistema en descomposición ... debe ser destruida y será destruida ... No vendrá
lo suficientemente pronto para nosotros. La ruptura comienza en casa. La
sociedad que suprime toda aventura hace que la abolición de la sociedad sea la
única verdadera aventura.
—Antiautoritarios Anonimos. Aventures
en Subversion”
La teoría o bien será una teoría
práctica -una teoría de la práctica revolucionaria o no será nada ... nada más
que un acuario de ideas, una interpretación contemplativa del mundo. El reino
de las ideas es la sala de espera eterna del deseo no realizado.
—El espectáculo
Epílogo
Más de un año
después de haber escrito la primera versión de Liberación Animal y Revolución Social, me encuentro deseando que
éste hubiera sido más incluyente. De hecho, no hay ninguna crítica a las
tendencias anti-elección (aborto) dentro del movimiento de liberación animal
(excepto la cita en la página 3). Estas tendencias son fuertes y en
crecimiento, y son una amenaza no sólo para la libertad reproductiva de las
mujeres, sino también para la base racional para el veganismo. El veganismo, en
definitiva, no es igual a los pro-vida.
Además, las
tácticas del movimiento de liberación animal tienen extrema necesidad de ser
criticados. Desde las protestas inútiles hasta
los ataques violentos, el movimiento se ha vuelto cada vez más furibundo
y menos racional.
Por último, me
hubiera gustado discutir el concepto de "liberación animal" más
plenamente. ¿Podemos realmente liberar a los animales? ¿No es la liberación un
proceso subjetivo, capaz de liberarnos sólo a nosotros?
Estas y otras
preguntas deben ser tratadas antes o después. Supongo que tendrán que esperar a
otro folleto.
—Brian
A. Dominick
Agosto, 1996
Epílogo a la tercera impresión de Liberación Animal y Revolución Social
Cuando la segunda
edición de este folleto fue a la imprenta hace aproximadamente un año, adjunté
un breve "Epílogo" proclamando mi preocupación acerca de algunas de
las ideas expresadas en el texto original. En lugar de hacer cambios
editoriales notables en el contenido del ensayo, que creo que sigue en pie como
un tratado sólido, he optado por discutir algunas de mis conclusiones más
recientes sobre el tema.
La liberación
Entre los
problemas que ahora tengo con la pieza original es mi uso, y el de otros, del
término "liberación" para describir lo que es en realidad la
liberación de la explotación y la opresión de los animales a manos de los seres
humanos. Creo que la liberación es un concepto particularmente humano, basado
en el proceso subjetivo de la concienciación y auto-empoderamiento. La
liberación es personal y es mucho más complicada que simplemente quitar las
cadenas físicas. Cuando un preso es liberado de los confines del
encarcelamiento, él o ella no está necesariamente "liberado/a" de la
opresión de una sociedad autoritaria. Él o ella no está más que
"libre" de la celda. El logro de la liberación -sí, quizás un ideal
imposible para cualquier ser terrenal- está más allá de las capacidades de
cualquier animal.
Se puede
argumentar que los animales que son abusados y violados (y, obviamente,
sufren daño psicológico) deben, al igual que los seres humanos oprimidos, ser
sometidos a un proceso de recuperación psicológica o subjetiva. Pero incluso la
recuperación personal, teóricamente dentro de las capacidades de muchas
especies de animales no humanos, no es realmente la liberación… Desde la
liberación, tal como yo la defino, se requiere del aumento de la conciencia
social, para lo cual los no-humanos (y algunos humanos) simplemente no tienen
capacidad, puesto que su textura es más compleja que la de la recuperación.
Todo esto puede
parecer una cuestión de semántica. Sin embargo, insisto en que es mucho más.
Durante demasiado tiempo la liberación humana se ha percibido como un proceso
exclusivamente social/estructural. Cuando cambiamos las condiciones de la
sociedad, nos liberamos. Creo que un enfoque mucho más dialéctico está vigente.
Debemos llegar a ser liberados, como colectivos de personas, antes de que
podamos reestructurar la sociedad de tal manera que sea conducente a la
liberación. Al mismo tiempo, antes de que podamos llegar a ser personalmente
liberados (es decir, con el poder, la iluminación, etc.), hay que reestructurar
la sociedad y sus instituciones. Esto parece una pescadilla que se muerde la
cola, lo que nos convierte en gatos persiguiendo su cola. Pero cuando nos
fijamos en esta dialéctica, como un proceso gradual, bilateral, proceso de
flujo y reflujo, la complejidad de la teoría de la liberación comienza a ceder.
Los
autoproclamados "liberacionistas de animales," los activistas
comunmente dedicados y sinceros para estar seguros, tienden a dejar pasar dos
puntos. En primer lugar, uno sólo puede liberarse. Lo más que podemos aspirar a
hacer por los demás es liberarlos de las restricciones que impidan su
autoliberación. En segundo lugar, sólo aquellos que pueden comprender la
complejidad de su propia opresión puede luchar contra ella a través de un
proceso de liberación. Por incontables siglos, los mejores intentos de los
humanos de alcanzar la libertad se han
traducido en luchas desesperadas para simplemente estar libres de las
imposiciones autoritarias de la sociedad opresiva. Al igual que los animales
enjaulados, sólo se ha producido un poco más de espacio antes que la
destrucción de la propia jaula. A diferencia de los animales enjaulados, sin
embargo, tenemos el potencial para entender por qué existe la jaula en el
primer lugar. Sabemos que siempre habrá más jaulas, y hasta que no destruyamos
la máquina social que produce esas jaulas (para los seres humanos y no
humanos), lo más cercano que podemos conseguir para llegar a la liberación es
la libertad momentánea y relativa.
Redefiniendo el Veganismo
También me
gustaría aclarar mis definiciones de algunos términos, el más importante qué es
"el veganismo." Mi definición original era exacta, creo, pero se
confunde en el contexto del resto del ensayo, y no queda suficientemente
distinta de lo que yo llamo "el vegetarianismo". Permítanme ser
claro: el veganismo es la abstinencia consciente de las acciones que
contribuyen, directa o indirectamente, con el sufrimiento de los seres
sensibles, ya sean animales o humanos, por razones éticas. La gente viene al
veganismo mediante dos vías principales: la preocupación por los derechos
animales / el bienestar / la libertad, y la preocupación por el medio ambiente
natural (gravemente perjudicado por la cría de animales). La abstinencia del
consumo de alimentos de origen animal por sí sola no es más que el
vegetarianismo. La abstinencia del consumo de carne, normalmente se conoce como
"vegetarianismo", se llama apropiadamente "el ovo-lacto-vegetarianismo,"
porque sus practicantes continúan comiendo productos lácteos y huevos. La
mayoría de los vegetarianos son tales porque su dieta es saludable. De este
modo, no tienen ninguna razón obvia para abstenerse de consumir productos de
cuero, productos experimentados en animales, y así sucesivamente.
Es importante
tener en cuenta que el veganismo no es un estado absoluto del ser. En primer
lugar, hay muchas interpretaciones de lo que constituye un ser sensible.
Algunos argumentan que todos los animales, desde mamíferos hasta insectos,
merecen estar totalmente incluidos en la categoría. En el otro extremo, hay
quienes creen que las plantas y los animales igualmente merecen tal distinción,
y por lo tanto, eligen comer sólo frutas y nueces (a estas personas se les
conoce comúnmente como "frutarianos"). Otros más insisten en que no
se puede demostrar que muchos animales tengan voluntad individual, carácter
distintivo, aparato nervioso complejo o cualquier apariencia de emoción, tales
como los insectos y los crustáceos, y no son "sintientes" en su
definición. No tengo espacio aquí para profundizar en el debate, pero basta con
decir que cualesquiera que sean las características específicas de las propias
definiciones, debe ser entendido que compartimos los mismos principios
generales, y que todos estamos tratando de vivir con ellos lo mejor que
sabemos.
En segundo lugar,
el veganismo es un ideal al que sólo podemos esperar estar a su altura. Así
pues, muchos de los productos
convertidos en "necesidades" para la vida moderna, tales como
vehículos, películas fotográficas, etc, contienen partes derivadas de animales.
El alimento para mascotas es otro tema controversial. Es importante destacar
que sólo podemos esperar lo mejor posible, para dar grandes pasos personales
hacia nuestro ideal. Incluso si todo lo
que hacemos es dejar de comer carne este año, aunque se quede algo corto de lo
que los veganos consideran una conversión bastante simple hacia la vida
compasiva, estamos reduciendo drásticamente nuestra contribución personal a la
explotación de los no humanos. El desgaste sobreviene cuando ponemos demandas
imposibles en nosotros mismos y, además, generamos la alienación como un
resultado típico de las demandas extremas impuestas a los demás.
Los Pasivos de Primitivismo
Soy el primero en
estar disgustado por aquellos radicales bastante pesados, sobre todo los de la
"vieja escuela", que proclaman que sus cambios de estilo de vida
deben, por lo menos, mantener en un segundo plano el trabajo "real"
del cambio social, que se limita a la reestructuración de las instituciones
sociales. Sin embargo, su crítica hacia aquellos que, en el extremo opuesto,
creen que un cambio personal, cuando se practique a gran escala, será en realidad
la revolución, es bastante importante. Debemos evitar cualquier extremo. Por
desgracia, los anarquistas contemporáneos y veganos por igual tienden hacia el
enfoque Estilo de Vida. Como describí
en la primera sección del presente addendum, hay una dialéctica esencial
involucrada. Y, como ya he dicho en el cuerpo de La liberación Animal y la Revolución Social,
el simple acto de cambiar el propio estilo de vida, aunque cuando se una a
otros millones de personas, no puede cambiar el mundo, cambiar las estructuras
sociales que fueron hechas a mano por las élites para servir a sus propios
intereses .
Algunos radicales
van tan lejos como para afirmar que nuestro estilo de vida va a cambiar
"después de la revolución." Tal noción es simplemente tonta. Aquellos
de nosotros que hemos sido criados para ser consumidores ciegos, ciudadanos
obedientes, maridos, esposas, etc, debemos modificar radicalmente nuestras
actividades cotidianas, de lo contrario vamos a ser incapaces de poner a
funcionar en el futuro, la sociedad liberadora. De hecho, no vamos siquiera a
tratar de cambiar radicalmente el mundo que nos rodea hasta que aprendamos a
dejar de valorar los superficiales, espectaculares efectos y elementos del
presente. No vamos a establecer una economía socialista que desaliente la
producción de carne, debido a sus altos costos sociales y ambientales, a menos
que estemos dispuestos a renunciar a la carne. Una compromiso inevitable de una
economía sana será la abolición de las industrias de explotación animal, y que
obviamente tiene que estar en la mente de
los que tienen el poder de construir una economía así (es decir, la
gente). Pero ¿por qué habríamos de esforzarnos en un sistema que nos
inhabilitaría para comer carne si no podemos soportar la idea de renunciar a
ella ahora?
Por último, es
importante señalar que los cambios de estilo de vida, como convertirse en
vegano, realmente no constituyen ningún tipo de activismo concreto. Hay mucho
más para ser un activista que limitarse a tomar una postura, en especial una
tranquila.
—Brian A.
Dominick
Octubre, 1997
[1]
Praxis: La fusión de la teoría y la práctica; un estilo de vida
conscientemente arraigado en la teoría social.
[2]
Hay otras formas de opresión (la discriminación hacia las personas
discapacitadas, por ejemplo), pero las injusticias que he mencionado son las
que más clara y directamente vienen a reforzar el Establishment.
[3]
Aunque no todas las sociedades se han manifestado como Occidente lo hace en la
actualidad. .
[4]En
muchos países, los militares impiden a las personas exigir condiciones de
trabajo humanas. En estas épocas, tales cosas suceden porque en los llamados
países del "Tercer Mundo", al menos, sus élites quieren atraer las
inversiones de Occidente. Esto se logra mejor mediante la demostración de la
impotencia de la fuerza de trabajo popular como un arma política. En estos
países, el tratamiento de los "recursos" humanos laborales es apenas
mejor que el de los "recursos" de los animales no humanos aquí en
nuestro país. La compra en un mercado de
América del Norte de un producto hecho bajo este tipo de condiciones y que
patrocina indirectamente la perpetuación de esas condiciones, no nos hace
realmente veganos.
[5]
Muchos autoproclamados veganos piensan de esta manera, y es realmente triste.
Aquí, simplemente, les llamo "vegetarianos liberales" porque, a pesar
de que no consumen productos de origen animal, no hacen ningún intento
holístico para liberarse de ser opresores a través de sus estilos de vida. En
este momento, no hay escapatoria de los mercados masivos del capitalismo
tardío. Sin embargo, hay un punto en el que podemos lograr una comprensión de
los efectos de nuestras acciones, así como ajustar y reorientar nuestro estilo
de vida en consecuencia con el compromiso. En otras palabras, hay más maneras
de limitar el consumo violento además del vegetarianismo. Usted es lo que usted
consume.
[6]
Monista: Cualquier teoría social que hace hincapié en una opresión como algo
más importante que la otra; un único enfoque para llegar a la revolución.
[7]
Vivisección: La práctica de la experimentación en animales a través de
operaciones y otras formas de tortura coercitiva.
Comentarios
Sinceramente creo que lo único que podemos hacer es minimizar el daño que hacemos. Por ejemplo, para mí es más responsable no tener hijos que coman y destruyan en el futuro a más seres vivos.
No conozco algo más cruel que matar a un ser sintiente, que posee SNC y por tanto sufre, evitarlo es parte de la ética.
Las plantas carecen de sintiencia, es decir, no tienen intereses. Reaccionan a estímulos, pero no tienen la capacidad de decidir hacerlo o no, carecen del órgano que pudiera permitírselo.
Por qué no comer entonces también humanos, son seres vivos?
Ah claro, que esto esta mal, no es ético, te has planteado el por qué?