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Humor zafio de macho sublimizado (fue publicado en Los Tiempos, Revista Piedra Libre y Semanario Uno)

Gregorio Morán en sus Sabatinas Intempestivas recoge la siguiente frase de Ortega y Gasset: un país sin opinión pública está condenado a la mediocridad, y como no quiero ser corresponsable de la mediocridad, aquí voy. Con Morán, declaro mi día orteguiano y voy a lo que voy, y confieso que me han resultado repulsivas las coplas carnavaleras del presidente Evo Morales y su cohorte de ministros, realizadas en la misma Plaza Murillo, al son de la música tradicional, y rodeados de cholitas y sobre todo, de "misses". Estas últimas le dan aún más continente al asunto. Por la mitad de lo que han dicho estas gentes, las mismas feministas de las que espero una réplica, a Goni o Carlos Mesa los hubieran colgado de los cataplines de un árbol de esta histórica plaza, y hubieran hecho bien.
Me dirán que el carnaval aguanta todo y que finalmente sólo son chistes, pero yo pienso que decir lo que se piensa en forma de chiste es mucho más dañino que un insulto porque rebaja al otro a la nulidad de la respuesta pues puede ser considerado un aguafiestas o un aburrido, o alguien falto de humor. Por lo que el objeto de chiste tiene que aceptar que se rían a costa de él sin rechistar. Es sabido que a los hombres les gustan los chistes fáciles sobre las mujeres y que éstos abundan en internet, junto a la misma cantidad de chistes feministas a costa de los hombres, pero hete aquí que esa falta de elegancia en ridiculizar a la mitad de la población tiene un plus añadido de zafiedad cuando se trata de un presidente de una república. En los países normalizados, que los hay, cualquier chiste de esos le hubiera valido el cargo, desde un ministro a un concejal. No en Bolivia, ese país pequeñito, excepción de excepciones, en el que todo lo inconcebible puede ocurrir y a lo que hay que aplaudir porque se trata de Bolivia.
Si la titular del Ministerio de la Transparencia se atreve con zafiedades tales como:“!Ay¡ la Jessiquita muy solita está, porque el Alvarito cambió de canal” / “Nuestro presidente bien pícaro es, solo quiere a una y se come a tres” / “Nuestro presidente bien mujeriego es, cambia de chica en un dos por tres” / "El Manfred se queja de persecusión, yo sólo le digo: pobre maricón" / “Vice, vice, vice, no me caso dices; sin embargo dejas a todas tus misses” / “De su matrimonio el vice se escapa, sin embargo el presi, bien que lo socapa” / "El vice contento porque la Claudita, no podrá sacarle ninguna canita" / "Son como niños los de oposición, hacen su berrinche si le dices: no" / "Señor Presidente sea transparente, cuente sus amores y sus pormenores" / "Vicepresidente, la Claudia le miente, quiere matrimonio y no sólo novio, así de pololo pasará a Pocholo" . (?!?!) Es decir, poner en solfa que el presidente se las da de macho pasándose por la entrepierna a cuanta mujer se atraviesa por su lado, para mí no tiene gracia, es que no le pillo ninguna. O sea, ¿hay que enorgullecerse de este tío por eso? Luego las referencias a Manfred, ¿¿insultándolo de "maricón"?? Sólo evidencian que vamos para atrás, como el cangrejo. No voy a defender a Manfred, ni me importa, sólo me importa las connotaciones del insulto, que ridiculizan la opción sexual de un buen grupo de personas, que se merecen respeto por ser personas, independientemente de sus elecciones. Ignorantes. Ahora entiendo por qué fui robada por la mismísima policía anticorrupción. Con estos funcionarios, ya nada me extraña.
Pero la respuesta de Morales es más florida: “Esta Nardy Suxo bien buenita es, lo malo que tiene bien viejita es” / “Ahora las ministras van por los balcones, pidiendo limosna para sus calzones” / “Bartolinas Sisas tienen mucha fama, por eso las llevo directo a mi cama” / “Soy soy presidente y me llamo Evo, por eso yo quiero un palacio nuevo” / “Este presidente, de buen corazón, a todas las ministras les quita el calzón” / “Ministro Quintana es un diablito, se jala el guatito y mueve el culito” / “Yo quiero Nardita, como dice el dicho, casarme contigo, solo por capricho” / "Rebeca Delgado, baila reggaetón, tanto traqueteo perdió su calzón". La joya de la corona, ¡vaya! Qué pasa, ¿tenemos un calentorro por presidente? ¿Alguien incapaz de mantener su "cosita" dentro del pantalón pretenderá darnos lecciones de moral y de ética? Y ¿qué dicen las Bartolinas? ¿También lo consideran un chiste? ¿Es que Morales tiene obsesión por los calzones (léase bragas, blumers o bombachas) de las ministras? Es que lo ocurrido es bastante fuerte y las inferencias de esto pueden ser políticas y a largo plazo. Porque sublimizar las capacidades amatorias de un presidente sólo nos pone al nivel de la caverna, no más lejos.
No señores, la broma zafia no es un asunto sólo formal. El lenguaje no es baladí, es revelador de que, en esencia, todas las "presuntas" políticas de género de este gobierno eran, nomás, un maquillaje casual  borrado con los mismos "calzones" que tanto encantan a Morales y que quedaron abandonados bajo su cama.
Qué lamentable me resulta luchar contra la derecha, en España y, en Bolivia, que se repitan los mismos argumentos y la misma liviandad mal intencionada, pero esta vez procedente de la supuesta izquierda.
No es más que la comprobación de que los machos orbi et orbi se juntan, se solapan, se jalean y se ríen al unísono... ¡Qué pena me da!

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