Aún cuando le rompieron el fémur, el desdichado se negó a hablar. Duraría un tiempo más sin decir palabra, hasta que lo amenazaron con romperle la otra pierna. Y habló, claro que habló y a quien lo critique le preguntaría con qué quiere que le rompa la suya, con una barra metálica o con la bota. A partir de esta confesión, ya todo el pescado estaba vendido y la toma de la casa en la cual estaban sus compañeros, de lucha, de utopías y de cuantas cosas se pueda inventar el ser humano, era cuestión de horas. Así fue. A las 6 de la mañana, un pequeño ejército conformado por la policía y la PM y dirigidos por el mismísimo ministro del interior que había ido sin lavarse la cara, porque la operación le tomó por sorpresa, y que iba acompañado por su viceministro. Ambos, cruceños de pura cepa. En esta batalla, murió el secuestrado y fueron acribillados a balazos, desarmados y después de haberse rendido, tres de los secuestradores que intentaban huir por la casa de al lado. Era 1990 y al día siguiente, los titulares conmocionaron a toda la población, salvo a los vinculados al gobierno de turno que aplaudieron el haber resuelto el problema que les traía de cabeza.
Años después, se cambiaron las tornas y los que estaban gobernando pasaron a la oposición y viceversa. Y ocurrió más de lo mismo, esta vez en un céntrico hotel de la ciudad de Santa Cruz. Los acribillados, esta vez, no eran militantes guerrilleros de izquierda, "supuestamente", y digo supuestamente porque me llama la atención que uno de ellos fuera pro-palestino, eran de un movimiento de ultra derecha dispuesto a luchar contra el gobierno de turno. El resultado fue el mismo. Y si revisamos las hemerotecas, encontraremos los paralelismos entre las declaraciones de ambos gobiernos. Ambos querían salvar al país de la amenaza de una guerra civil, del terrorismo. Los estados, que tienden al mismo punto.
¿Por qué retomo el tema? Porque me está gustando esto de debatir en los foros de facebook. Ahora facebook se ha convertido en una especie de "Ágora" en la que los ciudadanos de a pie nos damos el lujo de debatir y exponer nuestras ideas. Pues, estuve en un par de foros cruzados, en uno, el tema de discusión era el que uno de los protagonistas del hotel de Santa Cruz, de nombre Rosza fue presuntamente torturado y en el otro, se discutía sobre si era lícito que Israel bombardeara Gaza sólo con la intención de matar a un dirigente palestino. Confieso que, por un momento, me desalentó. Una de las entradas -de una mujer con la cual, seguramente, tendré muchos puntos en común en otros temas- justificaba el ajusticiamiento de Rosza dado que era un pederasta en su país (?!) y que la policía (sobre todo la policía boliviana, tan limpia y pura ella) nos habría librado de ello. En el otro debate, el del líder de los comités de defensa popular palestinos, que fue largamente argumentado, una persona a la que aprecio mucho me dijo "¿Qué querías, que lo invitaran a tomar tecito?" Hasta ahí, todo bien, pero da la casualidad que esta persona, en el otro foro estaba defendiendo los derechos humanos a capa y espada y el que criticaba a los israelíes está contratado por el gobierno boliviano y no dijo ni mu cuando ocurrió lo del hotel. Léase: respeto a los derechos humanos, cuando son los de mi ideología. La universalidad se puede ir por el fregadero.
Somos relativos y nuestras costuras de civilización saltan a la primera. Interesaría cruzar las declaraciones de los gobiernos y de los luchadores por la libertad, la independencia, la revolución, el socialismo, la democracia, el territorio, etcétera, a lo largo de los últimos años. Nos sorprendería encontrar que, despojados de su ideología, utilizan los mismos argumentos. Lo que dice Fidel, Putin, Chávez, Uribe, Pinochet, Netanyahu, Masera... y lo que dijeron los movimientos desde Irlanda, pasando por cualquier país africando, asentándose en la guerrilla del Che y aterrizando en Rosza, son casi calcados. Y en el medio, nosotrxs, los ciudadanos que recibimos la información que nos entra por todos los costados y que nos damos el gusto de opinar sin mojarnos y que, a veces, cometemos el desliz de decir "¡Qué bueno! Un asesino menos", como me pasó cuando mataron a Bin Laden y una amiga me hizo notar que fue ajusticiado y me rehice. Lo mismo me pasó con el vídeo Kony 2012, que pide una intervención militar para atrapar al asesino en serie, que los apoyé y vino un amigo inglés a aclararme sus reales objetivos. Es decir, a veces suelo ser justificar el asesinato a mansalva de los considerados malos malosos, pero entonces me doy cuenta que si sigo en esa línea debería apoyar los linchamientos, la justicia comunitaria y al gobierno de Israel. Ya puestos...
Creo que el Juicio de Nuremberg nos marcó la pauta a seguir. Aquellos grandes asesinos, que condenaron a millones de personas al exterminio fueron juzgadas en un juicio justo, haciendo valer aquello de que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Debería encender nuestras alarmas el que nos encontremos apoyando la conculcación de los derechos de cualquier ciudadanx del mundo puesto que mañana pueden ser los nuestros. Y a mí me consolaría saber que hubo al menos una persona que creyó en mi inocencia, dentro de toda la manipulación de la que podemos ser objeto con tal de privarnos nuestra humanidad.
Porque si quitamos la pátina de los discursos de izquierda o derecha, quedan los sucesos desnudos y, a decir verdad, todos se parecen. Finalmente, la pátina, al ser tan fina, es superficial y despreciable.
Años después, se cambiaron las tornas y los que estaban gobernando pasaron a la oposición y viceversa. Y ocurrió más de lo mismo, esta vez en un céntrico hotel de la ciudad de Santa Cruz. Los acribillados, esta vez, no eran militantes guerrilleros de izquierda, "supuestamente", y digo supuestamente porque me llama la atención que uno de ellos fuera pro-palestino, eran de un movimiento de ultra derecha dispuesto a luchar contra el gobierno de turno. El resultado fue el mismo. Y si revisamos las hemerotecas, encontraremos los paralelismos entre las declaraciones de ambos gobiernos. Ambos querían salvar al país de la amenaza de una guerra civil, del terrorismo. Los estados, que tienden al mismo punto.
¿Por qué retomo el tema? Porque me está gustando esto de debatir en los foros de facebook. Ahora facebook se ha convertido en una especie de "Ágora" en la que los ciudadanos de a pie nos damos el lujo de debatir y exponer nuestras ideas. Pues, estuve en un par de foros cruzados, en uno, el tema de discusión era el que uno de los protagonistas del hotel de Santa Cruz, de nombre Rosza fue presuntamente torturado y en el otro, se discutía sobre si era lícito que Israel bombardeara Gaza sólo con la intención de matar a un dirigente palestino. Confieso que, por un momento, me desalentó. Una de las entradas -de una mujer con la cual, seguramente, tendré muchos puntos en común en otros temas- justificaba el ajusticiamiento de Rosza dado que era un pederasta en su país (?!) y que la policía (sobre todo la policía boliviana, tan limpia y pura ella) nos habría librado de ello. En el otro debate, el del líder de los comités de defensa popular palestinos, que fue largamente argumentado, una persona a la que aprecio mucho me dijo "¿Qué querías, que lo invitaran a tomar tecito?" Hasta ahí, todo bien, pero da la casualidad que esta persona, en el otro foro estaba defendiendo los derechos humanos a capa y espada y el que criticaba a los israelíes está contratado por el gobierno boliviano y no dijo ni mu cuando ocurrió lo del hotel. Léase: respeto a los derechos humanos, cuando son los de mi ideología. La universalidad se puede ir por el fregadero.
Somos relativos y nuestras costuras de civilización saltan a la primera. Interesaría cruzar las declaraciones de los gobiernos y de los luchadores por la libertad, la independencia, la revolución, el socialismo, la democracia, el territorio, etcétera, a lo largo de los últimos años. Nos sorprendería encontrar que, despojados de su ideología, utilizan los mismos argumentos. Lo que dice Fidel, Putin, Chávez, Uribe, Pinochet, Netanyahu, Masera... y lo que dijeron los movimientos desde Irlanda, pasando por cualquier país africando, asentándose en la guerrilla del Che y aterrizando en Rosza, son casi calcados. Y en el medio, nosotrxs, los ciudadanos que recibimos la información que nos entra por todos los costados y que nos damos el gusto de opinar sin mojarnos y que, a veces, cometemos el desliz de decir "¡Qué bueno! Un asesino menos", como me pasó cuando mataron a Bin Laden y una amiga me hizo notar que fue ajusticiado y me rehice. Lo mismo me pasó con el vídeo Kony 2012, que pide una intervención militar para atrapar al asesino en serie, que los apoyé y vino un amigo inglés a aclararme sus reales objetivos. Es decir, a veces suelo ser justificar el asesinato a mansalva de los considerados malos malosos, pero entonces me doy cuenta que si sigo en esa línea debería apoyar los linchamientos, la justicia comunitaria y al gobierno de Israel. Ya puestos...
Creo que el Juicio de Nuremberg nos marcó la pauta a seguir. Aquellos grandes asesinos, que condenaron a millones de personas al exterminio fueron juzgadas en un juicio justo, haciendo valer aquello de que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Debería encender nuestras alarmas el que nos encontremos apoyando la conculcación de los derechos de cualquier ciudadanx del mundo puesto que mañana pueden ser los nuestros. Y a mí me consolaría saber que hubo al menos una persona que creyó en mi inocencia, dentro de toda la manipulación de la que podemos ser objeto con tal de privarnos nuestra humanidad.
Porque si quitamos la pátina de los discursos de izquierda o derecha, quedan los sucesos desnudos y, a decir verdad, todos se parecen. Finalmente, la pátina, al ser tan fina, es superficial y despreciable.
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