El 28 de mayo de 2013
Por
Thierry PELTIER
Señor abad:
Permítame primero presentarme. Soy un católico de base. Voy a la misa cada domingo, rezo cada día y participo en las preparaciones litúrgicas en mi parroquia. Por esta razón, formo parte del consejo parroquial.
Hago por lo menos un retiro espiritual. Trato de ponerme a disposición de la gente que lo necesita. Estoy casado. Tengo 6 niños, de los cuales uno es adoptado y tengo cuatro nietos (antes de finales de 2013 serán 7)... Enseñé matemáticas y religión católica durante 36 años en una escuela libre. Participé y todavía participo en muchísimos movimientos cristianos que sería demasiado largo de enumerarle aquí. Si le digo esto, ciertamente no es para jactarme o para "caerle bien", simplemente es para que usted vea la clase de cristiano que soy.
Señor abad:
Permítame primero presentarme. Soy un católico de base. Voy a la misa cada domingo, rezo cada día y participo en las preparaciones litúrgicas en mi parroquia. Por esta razón, formo parte del consejo parroquial.
Hago por lo menos un retiro espiritual. Trato de ponerme a disposición de la gente que lo necesita. Estoy casado. Tengo 6 niños, de los cuales uno es adoptado y tengo cuatro nietos (antes de finales de 2013 serán 7)... Enseñé matemáticas y religión católica durante 36 años en una escuela libre. Participé y todavía participo en muchísimos movimientos cristianos que sería demasiado largo de enumerarle aquí. Si le digo esto, ciertamente no es para jactarme o para "caerle bien", simplemente es para que usted vea la clase de cristiano que soy.
Forzosamente,
le conozco mal. Sé que usted es "muy "activo" en Twitter... Pero
cuando le planteo cuestiones en el mismo Twitter, no tengo respuesta. Entonces,
voy a sacar provecho de la posibilidad de sobrepasar los 140 carácteres para
hablarle más largamente.
Parece
que usted encuentra completamente normal que la Iglesia intervenga en la
cuestión del matrimonio gay que, de hecho, no concierne a la Iglesia. Para la
Iglesia, no hay matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Y estoy de
acuerdo con esto. ¿Pero qué derecho impide a dos no católicos del mismo sexo
casarse? Usted sale de su rol impulsado por una " hipotética primavera francesa"
en la que los católicos habrían tenido un papel preponderante. Y es cuando usted
comienza a criticar a Gudd, al FN, al Civitas o al Grupo Identitario sabiendo
que sin ellos no se hablaría tanto de usted. Aquella gente es buena para
engrosar el número de manifestantes pero es mala si se habla de robo. ¿Según
usted, eso es de cristianos? Por otra parte, a usted le indignan las 293
detenciones que conciernen sólo a aquellos grupos. Usted quiere salvar lo que
usted condena. ¿Es esto el bien? Ya que según usted había 1 millón de manifestantes,
las detenciones conciernen pues sólo al 0,0293 % de los manifestantes.
Reconozca conmigo que francamente es poco si se hace una comparación, como
usted lo hace, con las detenciones del Trocadero.
Usted
ya se ve con una cristiandad recobrada, ardiente y victoriosa... Pero, Sr.
abad, no es lo que Cristo le pide. La cristiandad se ha acabado. Simplemente porque
los no cristianos también tienen derechos. Podemos vivir nuestra religión en el seno de
la sociedad. Hasta podemos, por nuestro testimonio, más que por nuestras
palabras, tratar de evangelizar todavía más. Pero no tenemos el derecho a
dirigir a toda la sociedad y no tendremos nunca más aquel derecho. Hay que
decir adiós a ese derecho. Entonces, como yo, usted considera este hecho como
una posibilidad porque en una sociedad democrática los derechos de los
cristianos son respetados.
Partamos
desde este punto a analizar sus "argumentos" contra el matrimonio
homosexual de los no católicos. Usted dice que la misma base de la sociedad va
a ser alterada, que es la puerta abierta a todos los abusos y usted los cita:
poligamia, zoofilia, matrimonios consanguíneos... Escuche: aquí, en Bélgica, desde
hace 10 años los homosexuales pueden casarse. Venga para ver, lea la prensa
belga, mézclese con la población belga. Ninguno de estos abusos se avizora en
el horizonte. Son sólo fantasmas. Y si estos abusos ocurrieran un día, el
matrimonio homosexual no sería más responsable de ello que todos los
componentes de la sociedad. Usted quiere, cueste lo que cueste, presentar a los
homosexuales como el chivo expiatorio ideal... Es decir, usted condena por
anticipado: usted plantea un problema de intencionalidad. Y esto, Sr. abad,
esto no es cristiano del todo. Es del tipo de proceso que sufrió Jesucristo.
Reconozca conmigo que ésta es la misma base de una vida de cristiano. ¡Imagine
que se diga que la ordenación de un sacerdote favorece la pedofilía!
Usted
habla tambien mucho de los niños de parejas del mismo sexo. Usted anuncia
orgullosamente que seguramente no serán completamente felices, que les faltará
lo que hace falta para alcanzar la felicidad, etc. Allí también usted busca un
chivo expiatorio. Porque niños desgraciados, hay por el momento, por toneladas.
Es un profesor quien se lo dice. Y pertenecen a todo tipo de familias: familia
unicelular, familia monoparental, familia recompuesta... No hay un solo tipo de
familia que esté al amparo de esta catástrofe. Y se lo digo claramente: una
pareja homosexual dará garantías que otros tipos de familias jamás podrán dar
completamente. Es el amor deseado: una pareja del mismo sexo está obligada a
pasar por la adopción para tener un niño. Yo mismo hice todo el trayecto de un
combatiente para adoptar a nuestra nieta que venía de Haití. Hemos sido
interrogados repetidas veces, fuimos objeto de un perfil psicológico y de un
perfil sociocultural. Es esto lo que harán las parejas del mismo sexo que
querrán adoptar. Y, como para otros candidatos adoptantes, algunos serán
rechazados. Lo que no ocurre nunca con los niños biológicos. Es una bella
hipocresía, Sr. abad, adelantar sus argumentos. Usted surfea sobre la ola
"¿ pero a dónde vamos? " ¡Mientras ya estamos en ese “dónde”!
Para darme a entender
todavía mejor, le voy a hacer una comparación con el divorcio. Lo había hecho
en mis tweets, pero usted jamás me respondió.
Usted lo sabe, el divorcio cristiano no existe. El divorcio deja detrás de él todo tipo de daños muy visibles. Algunos niños son dañados de por vida por el divorcio de sus padres. A veces, algunos adolescentes se suicidan por esto. ¿Cuándo usted ha bajado la la calle para defender a estos niños? ¡Jamás!
¿ Entonces por qué hace usted a estos futuros niños hipotéticamente desgraciados por tener padres del mismo sexo?
Sus argumentos no tienen asidero, Sr. abad. ¡Y usted está llevando a muchos cristianos al muro de lo irrazonable! Vaya, le doy todavía un ejemplo más de la falta de fundamentos de su posiciones. Usted dice " un papá, una mamá, para cada niño ". ¿Debo recordarle a las multitudes de niñas huérfanas que crecieron en conventos de religiosas? Estas niñas "no tenían papá", pero sí siete u ocho mamás. La Iglesia misma organizaba a estas "familias" monoparentales y "polígamas". Ahora, afortunadamente, una pareja del mismo sexo, que desea a un niño y que quiere amarlo podrá rescatarlo de un orfanato del Tercer mundo y eso será muy bueno para él.
Sr. abad, usted tiene que hacer un trabajo enorme con los cristianos. No vaya por fuera a hacer "su" ley. Ayude a las parejas en desamparo, a los niños sin amor, vaya a visitar a las parejas de cristianos separados, ayude al adolescente que tiene problemas con sus padres porque es homosexual, hable con los homosexuales (no hay que ir muy lejos: el Profesor Harnero Meerbeeck, Doctor en medicina, Neuropsiquiatra y Psicoanalista, profesor en la Universidad Católica de Lovaina, afirmó para la televisión belga que el 70 % de los sacerdotes eran poco o muy homosexuales) haga el bien a los que le dan su confianza... No impida a los no cristianos construir su propia felicidad... Pienso que el Evangelio que usted anunciará entonces será mucho más bello a sus ojos …
Para acabar esta carta, le invito a leer el pequeño pasaje bíblico que propuse en las Vísperas de este día: 1 Juan 3: 17-18
El que tiene de qué vivir en este mundo y no se conmueve de la necesidad de su hermano ¿cómo puede quedar el amor de Dios en él? Mis niños, nosotros debemos amar, no con palabras ni con discursos, pero sí con actos y con la verdad. (Un guiño de que nos ama infinitamente)
Thierry Peltier
PS: amigos lectores, si esta carta les ha gustado, háganla conocer. Tengo la impresión de ser el único que expresa su visión del asunto.
Usted lo sabe, el divorcio cristiano no existe. El divorcio deja detrás de él todo tipo de daños muy visibles. Algunos niños son dañados de por vida por el divorcio de sus padres. A veces, algunos adolescentes se suicidan por esto. ¿Cuándo usted ha bajado la la calle para defender a estos niños? ¡Jamás!
¿ Entonces por qué hace usted a estos futuros niños hipotéticamente desgraciados por tener padres del mismo sexo?
Sus argumentos no tienen asidero, Sr. abad. ¡Y usted está llevando a muchos cristianos al muro de lo irrazonable! Vaya, le doy todavía un ejemplo más de la falta de fundamentos de su posiciones. Usted dice " un papá, una mamá, para cada niño ". ¿Debo recordarle a las multitudes de niñas huérfanas que crecieron en conventos de religiosas? Estas niñas "no tenían papá", pero sí siete u ocho mamás. La Iglesia misma organizaba a estas "familias" monoparentales y "polígamas". Ahora, afortunadamente, una pareja del mismo sexo, que desea a un niño y que quiere amarlo podrá rescatarlo de un orfanato del Tercer mundo y eso será muy bueno para él.
Sr. abad, usted tiene que hacer un trabajo enorme con los cristianos. No vaya por fuera a hacer "su" ley. Ayude a las parejas en desamparo, a los niños sin amor, vaya a visitar a las parejas de cristianos separados, ayude al adolescente que tiene problemas con sus padres porque es homosexual, hable con los homosexuales (no hay que ir muy lejos: el Profesor Harnero Meerbeeck, Doctor en medicina, Neuropsiquiatra y Psicoanalista, profesor en la Universidad Católica de Lovaina, afirmó para la televisión belga que el 70 % de los sacerdotes eran poco o muy homosexuales) haga el bien a los que le dan su confianza... No impida a los no cristianos construir su propia felicidad... Pienso que el Evangelio que usted anunciará entonces será mucho más bello a sus ojos …
Para acabar esta carta, le invito a leer el pequeño pasaje bíblico que propuse en las Vísperas de este día: 1 Juan 3: 17-18
El que tiene de qué vivir en este mundo y no se conmueve de la necesidad de su hermano ¿cómo puede quedar el amor de Dios en él? Mis niños, nosotros debemos amar, no con palabras ni con discursos, pero sí con actos y con la verdad. (Un guiño de que nos ama infinitamente)
Thierry Peltier
PS: amigos lectores, si esta carta les ha gustado, háganla conocer. Tengo la impresión de ser el único que expresa su visión del asunto.
(Traducción: Yoss Olmos)
El link de la original, os lleva a su blog: http://blogs.mediapart.fr/blog/thierry-peltier/280513/lettre-ouverte-labbe-grosjean-et-ceux-qui-le-suivent
El link de la original, os lleva a su blog: http://blogs.mediapart.fr/blog/thierry-peltier/280513/lettre-ouverte-labbe-grosjean-et-ceux-qui-le-suivent
Comentarios