Cuando desperté, Galeano llevaba mucho tiempo ahí. Para mí y para todos los hombres y mujeres de mi generación Las venas abiertas de América Latina, aparte de hacernos conocer esa hermosa reflexión: "Hemos guardado un silencio demasiado parecido a la estupidez", nos permitió leer la historia desde un punto de vista más crítico, apuntando a las causas de tanto descalabro -aunque permitiera acomodarnos y no darnos cuenta que con nuestro eterno afán de posponerlo todo éramos parte del problema- y abriéndonos los ojos a otras lecturas. Era como el baño de iniciación. A partir de ahí, tocaba volar.
Me pareció increíble que un libro que era tan entretenido como una novela de piratas tuviera tanto que enseñarnos, por eso, años después de leerlo y ya viviendo en La Habana, cuando supe que Galeano venía a dar una serie de conferencias, me propuse seguirlo en plan sombra. Y eso hice, sólía llegar la primera y me sentaba en primera fila y lo escuchaba con atención y lo grababa y lo volvía a perseguir en su siguiente conferencia. Disfruté mucho de las lecturas de sus libros -imposible de comprarlos en Cuba, se agotaban el primer día-, que leía con voz pausada y ese acento uruguayo adorable.
Años después, ya desencantada del cansancio de la revolución y extrañada de que Galeano siguiera apoyándola, bajé la guardia. Pero conseguí comprar uno de sus libros -porque fui a primerísima hora-, Memoria del Fuego, y cuando lo terminé de leer, cometí el error estúpido de prestarlo (me había pasado con Las venas... que recuperé no sin antes amenazar al que pretendía apropiárselo) a una chica ladina más falsa que billete de alasitas de nombre Mirta. Fuimos juntas a una charla de Galeano con otro chico paraguayo. Cuando termina de hablar, ella me pregunta si yo quería que me lo firmara y yo le digo que sí, que estaba encantada. Ella se levanta y se pone a conversar con Galeano. El chico paraguayo (muy oportuno, ya verán por qué), que trabajaba en una radio, me pide que le acompañe para preguntarle si quería ser entrevistado. Cuando llegamos hasta donde estaba Galeano con Mirta, escuchamos que le dice:
- Como tengo tanto tiempo (era la única que le pedía un autógrafo), te voy a hacer mi célebre cerdito -y saca un par de bolígrafos de color verde y rojo y se pone a dibujarlo. Luego le pregunta- ¿a quién hago la dedicatoria?
Ingenua de mí, esperaba que le dijera mi nombre, pero no contaba con esa capacidad que tienen algunas personas de apropiarse de lo ajeno incluso frente al legítimo propietario, y la escucho decir, con voz pedigüeña y cantarina:
- ¡Para Mirta!
Nada más escucharla, admirada de tanto cinismo, y saliéndome de lo más profundo, digo:
-¡Pero si el libro es mío!
-¿De quién es el libro? -pregunta Galeano.
-¡MÍÍOO! -respondo.
Entonces, él dice:
- Esto tiene remedio... -y le hace una raya en la parte de abajo con la siguiente aclaración:
"El cerdito dice lo que dice, pero también dice..." ¿Cómo te llamas? -me pregunta. Le digo mi nombre y termina la dedicatoria:
¡Viva Yocelynn!
Demás está decir que este libro es uno de mis tesoros y hoy recordé la escena y agradecí que Mirta no lograra convencerme para que partiera la hoja en dos y darle su parte.
Tengo otros libros dedicados por Galeano pero creo que ninguno será tan personalizado y con tanta historia.
Y aunque más tarde relajara mi gusto por su lectura, no puedo evitar sentir muchísimo su partida...
Y es que hoy han muerto dos grandes: Gunter Grass y Eduardo Galeano. Orfandad que le llaman.
Me pareció increíble que un libro que era tan entretenido como una novela de piratas tuviera tanto que enseñarnos, por eso, años después de leerlo y ya viviendo en La Habana, cuando supe que Galeano venía a dar una serie de conferencias, me propuse seguirlo en plan sombra. Y eso hice, sólía llegar la primera y me sentaba en primera fila y lo escuchaba con atención y lo grababa y lo volvía a perseguir en su siguiente conferencia. Disfruté mucho de las lecturas de sus libros -imposible de comprarlos en Cuba, se agotaban el primer día-, que leía con voz pausada y ese acento uruguayo adorable.
Años después, ya desencantada del cansancio de la revolución y extrañada de que Galeano siguiera apoyándola, bajé la guardia. Pero conseguí comprar uno de sus libros -porque fui a primerísima hora-, Memoria del Fuego, y cuando lo terminé de leer, cometí el error estúpido de prestarlo (me había pasado con Las venas... que recuperé no sin antes amenazar al que pretendía apropiárselo) a una chica ladina más falsa que billete de alasitas de nombre Mirta. Fuimos juntas a una charla de Galeano con otro chico paraguayo. Cuando termina de hablar, ella me pregunta si yo quería que me lo firmara y yo le digo que sí, que estaba encantada. Ella se levanta y se pone a conversar con Galeano. El chico paraguayo (muy oportuno, ya verán por qué), que trabajaba en una radio, me pide que le acompañe para preguntarle si quería ser entrevistado. Cuando llegamos hasta donde estaba Galeano con Mirta, escuchamos que le dice:
- Como tengo tanto tiempo (era la única que le pedía un autógrafo), te voy a hacer mi célebre cerdito -y saca un par de bolígrafos de color verde y rojo y se pone a dibujarlo. Luego le pregunta- ¿a quién hago la dedicatoria?
Ingenua de mí, esperaba que le dijera mi nombre, pero no contaba con esa capacidad que tienen algunas personas de apropiarse de lo ajeno incluso frente al legítimo propietario, y la escucho decir, con voz pedigüeña y cantarina:
- ¡Para Mirta!
Nada más escucharla, admirada de tanto cinismo, y saliéndome de lo más profundo, digo:
-¡Pero si el libro es mío!
-¿De quién es el libro? -pregunta Galeano.
-¡MÍÍOO! -respondo.
Entonces, él dice:
- Esto tiene remedio... -y le hace una raya en la parte de abajo con la siguiente aclaración:
"El cerdito dice lo que dice, pero también dice..." ¿Cómo te llamas? -me pregunta. Le digo mi nombre y termina la dedicatoria:
¡Viva Yocelynn!
Demás está decir que este libro es uno de mis tesoros y hoy recordé la escena y agradecí que Mirta no lograra convencerme para que partiera la hoja en dos y darle su parte.
Tengo otros libros dedicados por Galeano pero creo que ninguno será tan personalizado y con tanta historia.
Y aunque más tarde relajara mi gusto por su lectura, no puedo evitar sentir muchísimo su partida...
Y es que hoy han muerto dos grandes: Gunter Grass y Eduardo Galeano. Orfandad que le llaman.
Comentarios
Se nos van muriendo uno a uno
POrque los admirados también se van muriendo
cuando les llegara hora
Ahí queda la cosa Al borde ajado de una tumba cualquiera
Ahí queda la cosa, pero empieza la poesía
La poesía es una historia de secretos ingobernables
Una colección de verdades temerarias
Una lección de lo imposible
Una lealtad also absoluto
Llegad a la muerte uno va con ella
Toma asiento hacia donde le conduce
Los trileros nos lo quitaron todo
Todo lo espiritual lo de los Daimones
Lo de los tótems Lo de la apariciones
Nos lo han quitado edsed antiguo
Primero quitaron los dioses ¿Para que tantos?
Dejaron a uno
Luego llegó el Cisma del año mil
Allí nos quitaron el Espíritu
Nos redujeron a cuerpo y alma
Mas tarde llego el materialismo
oslo nos dejaron el cuerpo
Ya hechos cuerpo anduvimos el resto
Con el cuerpo, hermoso para el amor
Desnudo para el dolor. Armado por la muerte
Así llegamos sin alma sin espíritu a lo inconmensurable
A lo que hay detrás del espejo
Porque Lo que hay detrás e scomo lo que está delante
¿Has visto en el espejo a tu cuerpo entrelazado con otro?
Pues no era tu cuerpo Era otra sociedad distinta que solo se parece a la tuya en la mirada, en las aristas en el deseo Pero que no eres tu que es otra. Otra que solo se parece a ti
La muerte es como tu cuerpo del espejo No eres tú, es otra. NO te tiene. No te tendrá nunca Cuando ella llega tu ya no estás allí
Es un secreto
Un secreto prohibido y olvidado.
La muerte solo es un parada
No está de moda reconocerlo, como no está de moda el amor a la luz de la luna Nos regimos por modas
Tu cabalgas tus recuerdos Los galopas, los fatigas en un mundo donde el autor ya no es el autor y ya tu... no eres aquella
Ya no eres aquella
Eres otra vida en marcha
Otra colección distinta de células
Hoy ya no es ayer
Esto ya no es aquello
Abre el libro y hazle un pregunta
Algo imposible absurdo algo secreto
Algo de amor como
¿De quién me enamoraré dentro de tres años?
( el número tres es importante)
Abre el libro Cuenta diez renglones
Alli tendras una respuesta
Cuidala y...cuidate
A veces vuelvo a buscar tus páginas y esa foto tuya que eres, o fuiste tú. Me gusta tu sonrisa Al menos me gusta aquella sonrisa que tenías puesta al lado de Galeano Era una sonrisa como de fiesta , como de domingo Una sonrisa endomingada de esas que se ponen cuando estamos junto a alguien que admiramos Así tenías entonces la sonrisa
Probablemente aun tengas alguna sonrisa así, para que la disfruten aquellos a quienes se la des Si te digo la verdad, no sé porque, cuando te vi en esa foto me enamore un poco de ti. Si, no te rías, las cosas de los enamoramientos son así de absurdas No te voy a conocer nunca, así que no hay peligro de enamorarse sólo de una foto Es un enamoramiento inútil porque, ni yo soy yo en este texto, ni tu eres tu en aquella foto.
Supongo que puedo imaginarte tumbada sobre la arena de mi playa a las ocho y media en punto mirando salir la luna sobre el mar, oyendo el arrullo dela olas, vestida de brisa y de deseo pero , sabes, tal vez ya no existes, y me da un poco de pena mirar por la ventana y ver el mar y no verte sentada en la arena o paseando por la playa
Si estas en Bolivia o has venido de Bolivia, te han quitado el mar y, en Bolivia, ya no puede a jugar a las sirenas Por eso quizás te imagino en mi playa, tendida varada como una sonrisa saliendo del mar Ya sé, ya sé, que lo mismo no te gustan las cartas de amor Aunque esta no sea una carta de amor propiamente dicha. Es solo una carta de amor a esa imagen tuya de la fotografía Pero bien niña ( si, he dicho niña) no te apures la vida da vueltas y gira, no solo en torno al sol, también sobre si misma Tal vez en la siguiente reencarnación nos encontremos y alguien nos dirá: “si, sois vosotros dos” y nos miraremos con curiosidad La curiosidad con la que se miran los desconocidos
Mientras tanto, si me lo permites, te mirare la sonrisa Esa sonrisa que me ha enamorado
Lo cierto es que estoy un poco preocupado No se si existes Hay gente que desparece y deja su blog a medias Espero que no sea eso lo que te pase a ti. Espero que estés bien, y sigas siendo preciosa
Con mis mejores y mas respetuosos deseos, desde una noche estrellada a orillas del mar Mediterráneo.
PD NO hace falta que publiques estas palabras solo son para ti Espero que las puedas leer y que publiques algo, cualquier cosa, para que sepamos que sigues ahí, en alguna parte, Besos Yocelynn
Ya no estoy escribiendo ni siquiera este blog, porque nuevamente me esta tocando VIVIR con mayusculas... Pero volvere y sere millones...
Un abrazo, amable anonimo, que vive frente al mar.