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Mostrando entradas de junio, 2009

Ahmadineyad

Con el tiempo me fui dando cuenta (cosas de la madurez) que los amigos de mis amigos no son mis amigos, por lo tanto, tampoco lo son los enemigos de mis enemigos. El hecho de que sea crítica con el descalabro permanente y la mala leche mal justificada de los judíos contra los palestinos, no quiere decir que me sienta feliz por el triunfo (fraudulento, en mi opinión, sobre todo porque no se puede demostrar ninguna hipótesis) de Ahmadineyad. Es cierto que Musavi no es todo lo que nos gustaría que fuera para un país con una historia tan rica como la antigua Persia, pero es el mal menor. Por lo menos, quería mejorar la situación de las mujeres, que eso ya es un mundo. Un gran avance, considerando la penosa situación en la que se encuentran bajo cualquier religión, pero sobre todo, bajo el mandado del islamismo radical. Por otro lado, creo que es un error considerable que desde el bloque de izquierdas de América del Sur se vea a Ahmadineyad como un amigo. Una vez más caemos en el prejuicio

La derecha complaciente

Una vez más, en Europa, se ha cumplido el axioma: político corrupto más votante de derechas igual político reelegido y la derecha europea se ha llevado de calle el parlamento en el que se decide la vida y miserias de todos los europeos desde las playas portuguesas a los montes Urales, sin que la mayoría se inmutara. Como sabrán, ha ganado la abstención, como si los que legislan en Estrasburgo no tomaran decisiones definitivas para la vida diaria. Hace unos meses, la reivindicación obrera que costó muchas vidas en el siglo pasado estuvo a punto de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, merced a la propuesta de un país nacido ayer, Eslovenia. Se quería extender la jornada laboral de 48 a 65 horas. Pero las ansias de la empresa privada de someter más aún a sus trabajadores a sus deseos desmedidos de ganancia fueron impedidas por el bloque de "izquierda", dando un respiro a millones de currantes. Veremos hasta cuándo. Pero la complacencia de los votantes se ha visto altamente

Tiannamen

La noticia apareció en una de las páginas interiores del mermado periódico "Granma". No recuerdo bien la fecha, pero habrá sido tal vez un día como hoy, 5 de junio. Tampoco recuerdo con precisión lo que decía pero, en apenas cinco líneas, perfilaba lo sucedido en Beijing al amanecer del día anterior. Tenía más contenido lo que obviaba que lo estaba escrito. Por eso recuerdo la sensación de terrible pérdida que fue apoderándose de mí. Ya en esas épocas, le había perdido todo el respeto al pensamiento único y se me había instalado el sentido crítico y la percepción de que los políticos, vinieran de donde vinieran, siempre mentían. Lo de Tiannamen sólo fue la constatación de que todos los regímenes, cuando se anquilosan, se convierten en peligrosas sectas que te absorven no sólo la vida, sino la palabra, el pensamiento y el espíritu. Capaces de aceptar sin asco, extremos como la invasión de Praga, la de Panamá o Bagdad; o masacres como la del Chile de Pinochet o la de Beijing. E