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Mostrando entradas de abril, 2018

Los Kjarkas como síntoma

Conocí la música de los Kjarkas durante una huelga de hambre, cuando la dictadura garcíamecista hacía aguas por todos los costados.  En ese entonces, la música folklórica boliviana sólo era escuchada por las clases populares y por la progresía, por lo que era natural que todo el tiempo en el que permanecí encerrada en la capilla del Hospital San Juan de Dios escucháramos sus canciones, las aprendiéramos y coreáramos. El "Llorando se fue", que se convertiría luego en la lambada y con ello a sus creadores en millonarios, o el "Wayayay", eran repetidos sin cesar y nos levantaban el ánimo especialmente cuando nos flojeaba la glucosa. Pocos años después, cuando vivía en La Habana, noté que mis cassettes de los Kjarkas desaparecían misteriosamente. Esto se debía a que iban a parar a las manos de un chico que provenía de un grupo indígena ecuatoriano (que luego se hizo famoso por ser el único alcalde socialista de su pueblo). Casi, casi los idolatraba. Entre otras cosas