La pluma vietnamita

Gordon Brown soportó a una señora cascarrabias con la mejor cara y salió airoso, pero en la seguridad que le brindaba el coche opinó, a micrófono abierto: esta señora es bigoted , es decir, intolerante y llena de prejuicios; y se le cayó el mundo encima. Tanto, que estuvo 45 minutos en la puerta de su casa pidiéndole disculpas. Esto hacen los políticos que saben que juegan en ligas mayores y que un voto puede contar porque el oponente le pisa los talones o ya le ha pasado por encima. Pero hay otros políticos que, amparados en la mayoría de votos, sienten que no tienen que pedir disculpas a nadie y se regodean en sus comentarios pasados de tono. Encima, tienen una cohorte de aduladores que les hace sentir que son algo así como el rey desnudo; y encima, le aplauden. Hace unos días, recibí un escrito en un periódico de internet que publica cosas varias, más de un bando que del otro, y en el cual, los que han hecho esto de interpretar las palabras de Evo Morales una profesión, decían qu

Me senté frente a él, en su oficina. Nunca lo había visto, nunca nos habíamos presentado. Yo contaba con la ventaja de saber quién era él y lo que quería de él. Con el desparpajo que te da cierta edad en la que quieres comerte el mundo, le pedí que me dirigiera en una pequeña obra de teatro que había escrito para un encuentro de mujeres. Petición arriesgada, tomando en cuenta que tenía al frente a un conocido director de teatro de mi ciudad. Conocido por bueno. Me miró sorprendido. Tal vez porque le gustara mi aparente seguridad, me pidió leer antes la obra. Quedamos al día siguiente, a las 7, después del trabajo, en un punto determinado de la ciudad. Cuando subió al coche, llevaba el bloque de hojas que le había entregado, lleno de notas al margen y subrayados. Como yo lo miraba inquisitiva, me explicó que había comenzado a leerla sin muchas esperanzas de encontrar algo que valiera la pena, pero que le llamó la atención el planteamiento y que a partir de cierto punto, pensó que si l