Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2008

En versión original

Volví al hospital porque se parecía al hombre engullido por la distancia y el tiempo, pero tatuado a fuego lento en el alma. Lo cierto es que nos pasamos buscando a las personas amadas en los lugares por los que transitamos como si de esa manera pudiéramos borrar todo lo que nos separa. A veces, encontramos una buena copia, un muñeco de museo de cera, casi idéntico. Los mismos rasgos, los ojos, las pestañas, la nariz, la boca, tal vez hasta la sonrisa. Otras veces, nos contentamos con un "aire", con algún detallito relevante que nos los acerque. La mayoría, sólo son malas fotocopias en blanco y negro. Un bosquejo. En el peor de los casos, apenas el identikit. Pues a éste sólo le faltaba el ADN y alguna cicatriz para ser él. Como tal muñequito de cera, no tenía en absoluto nada de su contenido. Era guapo pero irrelevante. A veces lanzaba comentarios que te hacían pensar que era él pero lobotomizado. Cansaba. Y tanto, que la segunda vez que fuí a verle, hastiada, me puse a conv