(inspirada en el artículo escrito por Agustín Saavedra Weise en El Deber llamado "Españoles: de 'sudacas' europeos a receptores de 'sudacas'") Cuando criticó a Segolene Royal, debí haberme dado cuenta de qué pie cojeaba mi profesora de francés. Habla un francés elegante y fluido, salvo cuando comete el desliz de criticar arduamente a Zapatero, al que detesta con la militancia exigida en las manifestaciones del PP. No le perdona ni una. Ya sea sus "supuestas" charlas con ETA o cualquiera de sus leyes que parece que van a cambiar el curso de la historia española, y a mí me lucen timoratas tirando a frías. Probablemente, esta simpática mujer, excelente profesora de francés, haya sido una de las que despotricó cuando, nada más entrar al gobierno, el PSOE se largó una ley que legalizaba a cuanto bicho viviente pudiera demostrar que estaba en España antes de agosto de 2005. Se apuntaron casi un millón (o más, da igual). La España solidaria respiró agradec