Le devolví el disco de Aute, y mi amiga me preguntó si lo había grabado. Le dije que no. Que era la primera vez que una canción me podía. Apenas la escuchaba, un dolor poderoso me invadía, por lo que decidí desterrarla, eliminarla, olvidarla. Luego viniste tú. Te llamabas Alba, como la canción. Inundaste nuestras vidas como un sol. Tal vez porque eras aries: viva, sagaz, inteligente y movediza. Feliz. Mientras esperábamos que te recuperaras, tu madre me preguntó si yo creía que te había hecho feliz. Yo le dije que sí con convencimiento. Era una madre jovencísima que había descubierto que esto de la maternidad era un motivo para la felicidad y se entregó toda, sin aduanas, sin fronteras. Hoy, habrías cumplido 13 años. Desde que partiste, no ha pasado un solo día en que yo no pensara en tí. Me pregunto, cada 14 de abril, cómo hubieras sido con 8, 9, 10... y ahora 13. Hablamos con mi hija sobre qué grupo te habría tocado en el instituto. Como apellidabas con L, seguramente la misma qu