Creo que no transcurrieron ni diez minutos cuando feisbuk me anunció que me volvía a mandar a la sillita de pensar por siete días ya que había "pecado" otras tres veces. El castigo consiste en que tú puedes entrar en tu cuenta, mirar lo que la gente comenta pero todo detrás de un cristal, así vas aprendiendo -como un niño/a pequeño/a- lo que debes y no debes hacer. Yo lo único que había hecho había sido comentar la entrada de alguien que había puesto en un cartelito (así el algoritmo no lo coge): "todas las mujeres son unas putas y los hombres, hijos de puta. Proverbio filipino". Es obvio que no es un proverbio filipino ni mucho menos y aunque el amigo que lo publicó, dice que no lo comparte, si lo hace es porque quiere molestar. El comentario salía clavado, yo le puse: Entonces todos los hombres son puteros. Y, zaz, me cayó la censura. Dizqué era un lenguaje que incitaba al odio. Si analizamos la frase, no creo que ninguna de las seis palabras lo haga. ¿Lo hace &q