Cuando miro esta foto pienso en foto de abuela. ¿Quién no ha tenido alguna vez la oportunidad de encontrarse con una foto parecida en un precioso marco, encima de alguna mesilla, en la sala de la viejecita esa adorable con la que te cruzas todos los días y acaricias su perro? ¿A quién no le ha pasado alguna vez eso de que coges la foto, comentas "¡Guau, qué guapa!" y al levantar la vista te encuentras con la protagonista, mirándote encantada de demostrarte que alguna vez fue diferente a lo que tú ves? Porque, ¿hay alguna abuela que no tenga una foto que mostrar? Vamos a ejercitar eso que nos enseñó Juan José Millás, el que hace hablar imágenes estáticas y les hace decirnos cosas, como esos CSI de la tele que hacen hablar cadáveres. Para empezar, la primera constatación es que la chica de la foto es joven. Una obviedad, obviamente. Tiene la belleza de la juventud, esa que todos los jóvenes disfrutan con la irresponsabilidad correspondiente a sus años. Pero eso, que los que ya